¿Por qué consumen sustancias los adolescentes?

La psicóloga, Laura Corrochano, nos propone reflexionar sobre la situación de consumo de sustancias en la adolescencia en una nueva entrega de Escuela para padres.  Pon en práctica las estrategias propuestas y cuéntanos tus resultados.

La psicóloga, Laura Corrochano, nos propone reflexionar sobre la situación de consumo de sustancias en la adolescencia en una nueva entrega de Escuela para padres.  Pon en práctica las estrategias propuestas y cuéntanos tus resultados.

consumo en adolescentes
Consumo en adolescentes. Fuente: Psicóloga Laura Corrochano

¿Cuáles son los datos actuales sobre consumo?

Para situarnos en la temática a tratar, vamos hacer referencia a los datos de la Encuesta sobre el uso de drogas en Enseñanzas Secundarias en España, ESTUDES 2016/2017.  En ella participan las comunidades autónomas para el registro de los datos que se llevan registrando desde 1994, lo que permite tener datos muy actuales sobre la evolución del consumo en nuestros adolescentes.

Según los resultados extraídos indican que el alcohol (75,6%), el tabaco (34,7%), el cannabis (26,3%), seguido por tranquilizantes (11,6%), son las principales sustancias que menores de entre 14 y 18 años consumen.

Con respecto a la encuesta anterior, se observa que el número de menores consumidores ha aumentado en los últimos años y la edad de inicio se encuentra en los 14 años.

Se observa que las adolescentes chicas tienen un consumo mas alto de sustancias legales (alcohol, tabaco) que ilegales, a diferencia de los adolescentes chicos.

Es una pincelada de los datos que arroja dicha estadística y que vamos a utilizar para el desarrollo del artículo. Podéis encontrar de forma detallada y minuciosa este estudio en éste enlace.

¿Por qué consumen nuestros adolescentes?

Es un fenómeno social que encontramos en la actualidad, con el paso del tiempo ha ido generando nuevas tendencias con respecto a décadas anteriores.

No tiene porque ir estrictamente vinculado a conductas problema o desviadas, estatus socio económico o estructuración familiar, son tres factores de riesgo a tener en cuenta: psicológico, biológico y social.

Uno de los motivos del consumo, es la socialización, el introducirse dentro de un grupo social, ser aceptados en grupos de iguales, sentirse comprendidos, identificados, especiales…

Elementos como la autoestima, emociones como la ira y frustración, la búsqueda de nuevas sensaciones, la integración… Van a jugar un papel importante en la decisión de consumir.

Van a experimentar emociones negativas ante diferentes situaciones (rechazo, comparaciones, evaluaciones, incomprensión, aislamiento…) que generan malestar y que de alguna manera van a intentar manejar.

Al estar en proceso de construcción de estrategias de control, algunos optarán por utilizar el consumo a modo de escape para sentirse durante unos instantes “felices”.

Otros la utilizarán para desinhibirse, encontrar la confianza que necesitan para relacionarse y sentirse seguros, para poder ser mas extrovertidos y divertidos, que sin la ayuda del consumo no serían capaz de hacerlo debido a sus características personales. Buscan encontrar la notoriedad en el grupo y sentirse populares.

Por aburrimiento y la cantidad de tiempo libre, la falta de actividades que puedan aportar enriquecimiento personal, sensaciones positivas y generan bienestar, hace que se recurra al consumo para obtener esos efectos.

Rebeldía como firma y representación del adolescente, para demostrar su independencia ante progenitores, autoridades e iguales.

La mala información que tienen al respecto del consumo, hace que tiendan a minimizar las consecuencias, lo que hace que no conozcan los efectos reales sobre la salud y todo lo que le rodea al adolescente (familia, estudios, legales, amistades, desarrollo personal…)

Se relaciona el consumo como ocio y diversión, lo que puede llevar al policonsumo.

La normalización del consumo de la gente de nuestro alrededor, de fumar tabaco y beber alcohol, de alguna manera ayuda a normalizar dicha conducta.

Alcohol, tabaco, cannabis

Alcohol:

  • Inhibe progresivamente las funciones cerebrales, afectando al sistema central. La primera sensación es de euforia, lo que puede ser confundido por los jóvenes como un estimulante, pero es un depresor.
  • Provoca disminución de los reflejos y alteración de la coordinación.
  • Afecta a la capacidad de autocontrol, memoria y aprendizaje. Puede desencadenar conductas violentas y prácticas sexuales de riesgo.

Tabaco:

  • Es un estimulante, que afecta al sistema central.
  • Provoca efectos agudos como sudoración, mareos y vómitos, en medida que aumenta el hábito de fumar da lugar a la tolerancia y disminuyen los anteriores, inhibiendo sueño y hambre, estimulando la vigilia y un estado de “bienestar general”, que junto a las sustancias adictivas que contiene, genera dependencia.
  • Afecta directamente a la salud provocando diferentes enfermedades cardiovasculares, cáncer, respiratorias, cerebrovasculares

Cannabis:

  • Es un alucinógeno que afecta al sistema cannabinoide.
  • Provoca entre otras, dificultad de coordinación, relajación, somnolencia, placer, amnesia, enlentecimiento del tiempo, desinhibición, percepción distorsionada, dificultad para solucionar problemas y mantener la atención.
  • Afecta a receptores cannabinoides, proteínas de membranas celular relacionadas con la consciencia, el pensamiento, la memoria, el aprendizaje, las emociones, el dolor, el apetito… Pueden desencadenar trastornos psiquiátricos en jóvenes con predisposición,  como psicosis o esquizofrenia. Trastornos emocionales y de personalidad.

Lo más importante es la prevención

  • La comunicación y el vínculo afectivo en la familia (crear seguridad y confianza).
  • Las normas y limites respecto al consumo (informar y prohibir, cuidado con la permisibilidad).
  • Fomentar la defensa de sus opiniones y pensamientos para no dejarse llevar por presiones sociales.
  • Delimitar la hora de salida y llegada según su edad.
  • Regular la administración del dinero.
  • Fomentar actividades de ocio sanas para el desarrollo como alternativas al consumo.
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Psicóloga forense. Trabaja en el Programa de Prevención e Intervención en Violencia Familiar de la consejería de Bienestar Social en colaboración con la entidad AMFORMAD. Centro La Solana. Calle Mariano Ortega 28. Talavera de la Reina y en el Programa de Intervención psicológica con menores víctimas de violencia de género del Instituto de la Mujer de C-LM. Colegiada en Madrid: M-28177 y Habilitación sanitaria en Castilla- La Mancha; CM02334.

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