La psicóloga forense, Laura Corrochano, nos habla sobre el acoso escolar o bullying y su influencia sobre la salud de las personas.
La educación de la persona es un continuo que comienza dentro del seno familiar, adquiriendo hábitos, creencias, valores y habilidades que se van desarrollar y ampliar en una segunda etapa, el ámbito escolar.
Este es el principal contexto de la educación formal que va a permitir el inicio de la socialización temprana de la persona, la obtención de apoyo social y emocional a través de la relación con los iguales.
Es en este punto donde se pueden presentar problemas que impiden el desarrollo óptimo y normal, lo que da lugar a consecuencias negativas en niños y adolescentes.
Índice de contenidos
- 1 ¿Qué es el acoso escolar o bullying?
- 2 ¿Quiénes están implicados en el acoso escolar?
- 3 ¿Cómo se manifiesta el acoso escolar?
- 4 ¿Cómo detectar el acoso escolar?
- 5 ¿Qué estrategias se pueden utilizar para manejar situaciones de acoso escolar?
- 6 ¿Cuáles son las consecuencias del acoso escolar?
- 7 ¿Cómo podemos prevenir el acoso escolar?
- 8 Recursos disponibles contra el acoso escolar
- 9 No me maltrates, de Bernardo Stamateas
¿Qué es el acoso escolar o bullying?
¿Quiénes están implicados en el acoso escolar?
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El alumno que agrede
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La víctima
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La víctima sumisa, aquella que muestra una actitud pasiva frente a la situación violenta, baja autoestima y retraimiento.
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La víctima activa, tiene mejor autoestima y ciertos rasgos ansiosos y agresivos, posee una conducta disruptiva que llega a molestar al grupo, lo que tiende a culpabilizar a la víctima como causa del origen de la agresión.
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La víctima reactiva, muestra una postura agresiva y defensiva contra la agresión dirigida hacia ella, saliendo perdedora de la situación violenta y que desencadena frustración y angustia emocional no controlada. Este suele tomar doble rol, de víctima y de agresor.
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Los observadores
La concienciación sobre este problema se ha incrementado, pero sigue pasando desapercibido para algunos por ser “cosas de niños”.
¿Cómo se manifiesta el acoso escolar?
¿Cómo detectar el acoso escolar?
Hay señales que manifiestan los menores que pueden ser consecuencia de que estén sufriendo una situación de acoso escolar:
A nivel psicosomático pueden presentar dolor abdominal, cefaleas, vómitos, pérdida de apetito, ansiedad, problemas de sueño, también se observa que en ocasiones estos problemas se pueden fingir porque su padecimiento permite que no asistan a clase, evitando el malestar que le causa la situación de acoso.
Es por ello muy importante un examen médico para descartar si los síntomas se deben a alguna enfermedad de base o por el contrario a una problemática de acoso, donde puede presentarse como consecuencia o como estrategia de evitación.
Los menores víctimas de acoso sufren cambios en su comportamiento normal, se observan cambios de humor, se encuentran más tristes, lloran, expresan una mayor irritabilidad. No quieren salir ni relacionarse con sus compañeros, se aíslan. No quieren participar en funciones escolares ni excursiones.
Se puede observar en algunos casos lesiones, como hematomas o arañazos; material escolar o personal estropeado o que ha sido extraviado.
No sólo en casa hay que prestar atención a la conducta del niño, también el personal del centro escolar tiene que considerar aspectos que pueden ser relevantes, a pesar de que las agresiones normalmente se producen cuando los profesores no están presentes.
El rol del centro escolar
Existen alumnos que pueden convertirse en víctima por tener algún defecto físico, retraimiento excesivo, obesidad, cuestión racial, problemas de lenguaje o aprendizaje, por lo que hay que prestar especial atención a estos casos.
Hay que observar la relación que guardan los alumnos en clase, pasillos, patio e incluso a las puertas del centro. Si se producen pintadas en la pizarra, paredes, notas que puedan ser manifestación del problema.
Si existen risas, abucheos, enfrentamientos por la intervención de un alumno. La participación de los alumnos en las diferentes actividades escolares y extraescolares y la causa de las ausencias reiteradas.
Si ha habido un cambio en el estado de ánimo, si se observa tristeza, su conducta ha cambiado, es menos comunicativo, se aísla de sus compañeros, si ha disminuido el rendimiento escolar, atención y concentración, si presenta quejas somáticas. Indagar cuál puede ser la causa de dichos cambios.
Observar si hay deterioro en su material escolar o en su vestimenta, si presenta lesiones producidas por conductas violentas.
Y, por supuesto, prestar atención a aquellos alumnos que insisten en que están siendo insultados o agredidos, o por el contrario, aquellos que comunican que lo está siendo un compañero.
Tener en cuenta la observación que hacen los padres en casa y refieren que no quieren ir a clase.
¿Qué estrategias se pueden utilizar para manejar situaciones de acoso escolar?
Cuando un menor empieza a sentirse víctima de esta problemática tiene que afrontar la situación ignorando al agresor y no mostrando afectación alguna para no darle satisfacción de su conducta abusiva e impedir el origen de la relación dominio-sumisión.
Responder con tranquilidad y firmeza ante provocaciones, sin llegar a entrar en situaciones violentas. Si la situación se agrava y tiene dificultades para detener el acoso, hay que alejarse de la situación y buscar la ayuda de un adulto.
Dependiendo de la relación y comunicación en casa, algunos se lo comunican primero a los padres, estos deben de hacérselo saber al centro y no enfrentarse a los acosadores y sus padres.
En otras ocasiones el menor no siente o no se atreve a comunicárselo a sus progenitores, por lo que deberá de buscar ayuda de otro adulto de confianza, profesor, amigo, hermano…
¿Cuáles son las consecuencias del acoso escolar?
El acoso escolar produce consecuencias para todos los inmersos en el problema, ya sea víctima, agresor u observador.
A nivel general, sin tener en cuenta el acto, la calidad del aprendizaje se ve afectada, el desarrollo personal, las habilidades de comunicación y relaciones sociales disminuyen, así como la empatía y la comprensión. Aprenden normas y límites erróneos, e incluso pueden llegar a desarrollar trastornos psicológicos y de conducta.
Los agresores pueden llegar a ser futuros maltratadores y acosadores, haciendo uso de la violencia como alternativa en la resolución de conflictos, pueden desarrollar personalidad antisocial y tienen mayor riesgo de consumo de sustancias.
Las víctimas van a presentar problemas psicosomáticos (dolor de cabeza, problemas gastrointestinales…), baja autoestima, depresión, ansiedad, fobia al contexto escolar, aislamiento, incluso en casos más graves el suicidio.
Los espectadores pueden llegar a desarrollar una progresiva insensibilización ante el sufrimiento del otro y adquirir habilidades de resolución de conflicto poco efectivas.
¿Cómo podemos prevenir el acoso escolar?
Es necesario que la sociedad tome conciencia del problema y sus consecuencias. La educación recibida en el seno familiar y escolar es fundamental.
La educación que proporciona la familia desde la primera infancia puede proporcionar el aprendizaje de la confianza, seguridad, empatía, desarrollar la comunicación, estructurar la conducta con coherencia y en relación a la conducta de los otros, principales condiciones entre otras, que protegen contra el acoso y otras formas de violencia.
Si bien es en el contexto escolar donde las relaciones con los iguales se van a incrementar adquiriendo habilidades sociales, respeto mutuo e igualdad, se va a competir, defender y diferenciar de los demás… En este tipo de relaciones, se aprende el principio de reciprocidad (hoy por ti, mañana por mí).
- Fuente: Pixabay
La comunicación
Entre las instituciones hay que fomentar los vínculos comunicativos familia-escuela, padre-hijo, profesor-alumno:
– Desarrollando alternativas a la violencia y condenar conductas violentas.
– Fomentando la aceptación, igualdad y reducción del rechazo hacia los compañeros, previniendo conductas intolerantes y exclusión social.
– Enseñando límites y normas que favorezcan el desarrollo cognitivo, emocional y conductual como alternativas a la solución de conflictos, a través de estrategias de negociación y mediación, que permitan la expresión de tensiones y emociones de forma adaptativa.
– Enseñando en las aulas aprendizaje cooperativo, a través del trabajo en grupo.
Recursos disponibles contra el acoso escolar
- Asociación Española para la Prevención del Acoso Escolar
- Save the children
- Programa de lucha contra el acoso escolar de la Comunidad de Madrid
- Profesionales especializados en acoso escolar. (escríbenos)
No me maltrates, de Bernardo Stamateas
El maltrato es, por desgracia, un problema generalizado en nuestra sociedad.
El maltrato físico siempre va precedido del maltrato verbal, así que este último debe atajarse cuanto antes para no dar pie al primero.
Existen muchas formas de maltrato verbal que es importante reconocer y combatir, poniéndoles freno con las técnicas adecuadas.
Así, las descalificaciones, las discusiones, las burlas, las ofensas, las mentiras y el acoso son, de un modo u otro, formas que puede adoptar el maltrato.
Detectándolas y aplicando las técnicas que explica Bernardo Stamateas en “No me maltrates” es posible acabar con ellas.