¿A qué polen le tengo alergia?

El Dr. Álvaro Moreno Ancillo, especialista en Alergología del Hospital Nuestra Señora del Prado de Talavera de la Reina nos explica la alergia al polen en un artículo de varias partes. Hoy hablaremos sobre los tipos de pólenes.

El Dr. Álvaro Moreno Ancillo, especialista en Alergología del Hospital Nuestra Señora del Prado de Talavera de la Reina nos explica la alergia al polen.

¿A qué polen le tienes alergia?
¿A qué polen le tienes alergia? Fuente: 2358662

¿Qué es la alergia?

La alergia es una reacción exagerada del sistema inmunitario frente a sustancias que en la mayoría de los casos son inocuas.

La respuesta inmunológica en las enfermedades alérgicas está mediada por la inmunoglobulina E, que se une a las proteínas presentes en esas sustancias del ambiente y desencadena el proceso inflamatorio que da lugar a los síntomas.

Las alergias se desarrollan por la interacción de factores genéticos y ambientales. Pueden aparecer a cualquier edad, pero son más comunes en la infancia y la adolescencia, y pueden empeorar con el paso del tiempo.

Las personas que reaccionan a un alérgeno tienen más probabilidades de desarrollar nuevas alergias en un futuro. La alergia es una enfermedad muy extendida que se está volviendo cada vez más prevalente en todo el mundo.

La alergia respiratoria afecta a las vías aéreas, y por extensión incluye a los ojos.

Actualmente, más de un 20 % de la población mundial padece alergia respiratoria.

Las sustancias más comúnmente implicadas son, entre otras, el polen, los ácaros del polvo, los hongos, los epitelios de los animales y en algunos lugares las cucarachas y diversos inhalantes de origen laboral.

La exposición puede producir toda una serie de síntomas según el lugar afectado.

Algo sobre las gramíneas

La alergia primaveral es la más común en España, y el polen predominante en toda la península ibérica es el producido por las gramíneas.

Las fechas con más polinización ocurren entre abril y julio, época en la que es más importante combatir la alergia a las gramíneas.

Las gramíneas son una familia de plantas generalmente herbáceas que pueden ser silvestres o cultivadas. Son plantas anuales o perennes, en forma de espiga donde se agrupan varias espiguillas con sus correspondientes flores.

Existen alrededor de 12.000 especies y ocupan el 20% de la vegetación de la tierra.

Su importancia alergológica se centra en un reducido número capaz de producir polen abundante y aerovagante.

Así, entre las gramíneas comunes capaces de producir alergia destacan las espiguillas (Poa pratensis, Lolium perenne o ballico), caracolillos (Dactylis glomerata), o la grama (Cynodon dactylon), pues debido a su pequeño tamaño se desplazan con gran facilidad por el viento a kilómetros de distancia y pueden llegar más fácilmente a los núcleos urbanos.

Crecen por todas partes, como en el césped de los parques, campos de fútbol, piscinas y en la naturaleza, en bosques, campos y montañas.

Las cultivadas son cereales como el trigo, centeno, avena, arroz, cebada o maíz, y su polen causa problemas si estamos cerca de las plantaciones; por otro lado, en general, los alérgicos a gramíneas no suelen tener problemas al consumir productos horneados hechos con las harinas de los cereales.

La sensibilización a gramíneas es dominante en el Centro y Norte de la Península a excepción del litoral Mediterráneo, donde por el contrario la Parietaria judaica -una maleza de la familia de las urticáceas- relega a las gramíneas a un segundo lugar.

Igual ocurre con el olivo en el sur de España, en aquellas áreas con extensas superficie de olivares, tales como Jaén, Córdoba o Granada, donde este polen resulta ser la principal causa de polinosis, ocupando las gramíneas un segundo puesto.

Otros pólenes alergénicos

. Cupresáceas

En nuestro entorno también hay otros pólenes que provocan síntomas a los alérgicos.

Las cupresáceas, familia que engloba más de 125 especies, es uno de los más potentes alérgenos a los que están expuestos los alérgicos en nuestro país.

Estas plantas se encuentran en muchos parques y jardines. Las más abundantes son los cipreses y arizónicas.

Su polinización se puede prolongar desde finales de octubre a finales de marzo, pero en nuestra comarca los valores máximos suelen darse en febrero y marzo.

Las cupresáceas eran un polen casi anecdótico hace 2-3 décadas. Se detectaba en muy bajas cantidades.

El crecimiento de las ciudades, dónde se generaliza la utilización de setos de jardín, y la contaminación ambiental han aumentado la cantidad y alergenicidad de este polen.

Se ha demostrado que el polen de cupresáceas recolectado en zonas contaminadas es mucho más alergénico que el recolectado en zonas no contaminadas.

Es más, uno de sus alérgenos se expresa exclusivamente como consecuencia de la contaminación ambiental.

  • Plátano de sombra

El plátano de sombra es un árbol de crecimiento rápido, que por su mejor tolerancia a atmósferas contaminadas, es muy utilizado en calles, plazas y jardines.

La polinización del plátano, es corta e intensa, con un comienzo muy explosivo. No es como las gramíneas que van aumentado progresivamente, con el paso de los días.

El plátano de sombra desde el primer día de polinización puede alcanzar cantidades reactivas, que en nuestra comarca se detectan desde marzo a abril, especialmente en este último mes.

  • Olivo

Las oleáceas, familia compuesta por más de 600 especies, es muy relevante en la península ibérica.

El olivo (Olea Europaea) poliniza de abril a junio. Otros árboles de esta familia, como fresno y aligustre, también pueden inducir sintomatología en las personas alérgicas al olivo.

Estos árboles polinizan en época diferente al olivo, en los meses de marzo-abril, el fresno; y en la primera quincena de julio, el aligustre.

  • Urticáceas

Las urticáceas, familia con 45 géneros distintos, se caracterizan porque crecen en grietas que encuentran en muros.

Tienen un periodo de polinización prolongado, de noviembre a septiembre, pero la época más intensa ocurre de julio a septiembre.

Son urticáceas las ortigas (Urtica dioica) y la parietaria (Parietaria Officinalis). Esta especie es especialmente problemática para los alérgicos.

Es muy común en la costa mediterránea, tiene una polinización muy intensa y muestra una potente capacidad alergénica.

  • Quenopodiáceas

Las quenopodiáceas son plantas de amplia distribución, que requieren suelos con bajo grado de humedad y alto índice de salinidad.

Desde el punto de vista alergológico las especies más representativas son los cenizos (Chenopodium album) y la barrilla o trotamundos (Salsola kali).

En nuestra zona podemos encontrar las quenopodiáceas en bordes de los caminos, cunetas de carretera o, con mucha frecuencia, rodeando los cultivos.

La polinización de las quenopodiáceas es muy amplia, prolongándose durante los meses de mayo-octubre, al estar muy favorecida por el tiempo seco, soleado y elevadas temperaturas de los meses.

Sin embargo, el riesgo de síntomas se acota a julio-septiembre en nuestra zona, y en muchos casos es necesaria la proximidad a las plantas para presentar síntomas respiratorios.

  • Plantagináceas

Las plantagináceas, plantagos o llantenes, son malezas cuya polinización coincide con las gramíneas y el olivo, de abril a junio.

Son plantas herbáceas, sin tallos ramificados, de 15-20 cm de altura y con una inflorescencia terminal en forma de espiga, y flores blancas de pequeño tamaño.

Las compuestas, cuya especie más relevante es la Artemisia, son de interés por su polinización desde abril a septiembre.

Calendario de alergia al polen.
Calendario de alergia al polen. Fuente: Dr. Álvaro Moreno Ancillo

¿Qué síntomas produce la alergia respiratoria?

Aunque la rinitis alérgica se suele considerar una enfermedad sin importancia, las encuestas demuestran reiteradamente que supone una carga considerable para quienes la padecen.

Los síntomas pueden empeorar con el tiempo si no se tratan correctamente. De hecho, la rinitis alérgica se considera uno de los principales factores de riesgo en el desarrollo del asma.

La prevalencia de la alergia respiratoria ha aumentado en las últimas décadas. Se calcula que en el mundo hay entre 400 y 500 millones de personas que padecen rinitis alérgica, de las que un 40 % son niños.

Se estima que entre un 10 y un 20 % de las personas que sufren rinitis alérgica presentan síntomas que no están bien controlados pese a utilizar medicación para aliviar los síntomas.

La alergia respiratoria tiene un impacto significativo en la calidad de vida y provoca millones de días de absentismo escolar y laboral. En un estudio con pacientes en Europa, dos de cada tres personas afirmaron que su alergia respiratoria era una «problema grave».

Uno de los principales inconvenientes es la alteración del sueño y su impacto en el rendimiento escolar y laboral. El rendimiento de los afectados por rinitis suele ser menor debido a las dificultades respiratorias, que disminuyen su energía mental y física.

Cerca de un 60 % de las personas asmáticas también padecen rinitis alérgica. De forma similar, muchas personas con rinitis alérgica también desarrollarán asma.

Al igual que la rinitis alérgica, el asma alérgica es una enfermedad que se desencadena por la exposición a alérgenos ambientales.

Mientras que la rinitis alérgica causa inflamación e irritación de los ojos, la nariz y las vías respiratorias altas, el asma alérgica afecta principalmente a las vías respiratorias bajas.

Algunos de los síntomas del asma alérgica son sibilancias, opresión en el pecho, disnea y tos persistente.

¿Qué es el polen?

En nuestra región, los pólenes son los principales agentes etiológicos de la alergia respiratoria.

El polen es un polvo vegetal muy fino producido los aparatos reproductivos masculinos de las plantas.

En su época reproductiva una sola planta puede producir miles de pequeños granos de polen. Durante esos meses del final de la primavera, todos acabamos respirando estas partículas y las personas alérgicas al polen desarrollan síntomas muy molestos.

Se puede ser alérgico a más de un tipo de polen. De hecho, es lo más frecuente.

Además, el polen de zonas contaminadas, como grandes ciudades, tiene mayor capacidad para causar alergia, debido a que las plantas producen proteínas más alergénicas y además la polución facilita la sensibilización en la vía aérea.

La mayoría de las personas con alergia al polen en nuestra región tienen alergia al polen de las gramíneas.

Otras especies vegetales presentes en nuestro país cuyo polen pueden causar alergia son el plátano de sombra, el olivo, las cupresáceas, la parietaria, las quenopodiáceas, las compuestas, las betuláceas y las palmeras.

La presencia y la intensidad de los síntomas varían en función de la concentración de polen y de la exposición al mismo.

Casi todas las personas con alergia al polen desarrollan conjuntivitis y rinitis alérgica, pero dos de cada tres personas con alergia al polen también desarrollan asma bronquial.

¿Cómo se trata la alergia al polen?

El tratamiento farmacológico de la alergia al polen se basa, en el caso de la rinitis y conjuntivitis, en los antihistamínicos orales, los corticoides nasales y los antihistamínicos y estabilizadores de mastocito oculares.

La congestión nasal a veces también se alivia con espráis nasales a base de fenilefrina o pastillas o líquidos con pseudoefedrina. Es muy importante no tomar estos descongestionantes durante más de cinco días seguidos ya que pueden producir un efecto rebote.

La inmunoterapia, más comúnmente llamada vacuna para la alergia, es la única terapia que ofrece resultados duraderos, aunque es necesario mantener el tratamiento durante varios años, hasta que el cuerpo haya conseguido desarrollar la tolerancia al polen.

 Calendario de Polinización

Los pólenes llegan a sensibilizar a casi el 80 % de los pacientes con síntomas de rinitis y/o asma en nuestro entorno.

En nuestra zona la polinización tiene un calendario bastante definido, si bien puede variar la fecha en función de la climatología de cada año.

Las cupresáceas o arizónicas constituyen el primer polen detectado en nuestra atmósfera durante los meses de enero-marzo.

El siguiente en aparecer, de marzo a abril, es el plátano de sombra.

Los meses de mayo y junio constituyen el centro de la polinización de la comarca. En estos meses se recolecta el 70 % de los pólenes anuales. Es la época de las gramíneas, los pólenes más universales y alergénicos, y el olivo.

Cuando las gramíneas alcanzan niveles reactivos durante el mes de mayo, el polen del olivo que es más tardío, de finales de mayo a primeros de junio comienza su subida.

Continuando con la evolución anual de la polinosis, hay otros pólenes de verano, son las  quenopodiáceas, plantas habituales en nuestro campo, de polinización prolongada, prolongándose de junio a octubre.

Por ello,  podemos comprobar que en muchos pacientes lo que comienza como una alergia estacional, limitada a los meses de mayo-junio, con el paso del tiempo y el incremento de las sensibilizaciones se puede convertir en una alergia perenne, durante casi todo el año.

Por este motivo, es recomendable el tratamiento específico, mediante inmunoterapia (vacunas), que mejore la tolerancia frente al polen responsable de la sintomatología y además actúe de forma preventiva evitando nuevas sensibilizaciones.

¿Cuál es la relación entre el polen y el cambio climático?

Los pólenes son alérgenos ambientales, procedentes de las plantas, por lo que los factores meteorológicos (temperatura, humedad, viento, tormentas) son determinantes en la concentración polínica.

Las modificaciones en los modelos meteorológicos pueden tener una repercusión directa en la evolución de la temporada polínica.

Durante los últimos años se está prestando especial atención al cambio climático y sus efectos sobre la salud y medio ambiente.

La temperatura media se incrementó 0,7ºC en los últimos 100 años, y las previsiones establecen hasta 2ºC para el 2050.

Las consecuencias de este calentamiento global están siendo evidentes, con presencia de fenómenos meteorológicos extremos, intensas lluvias y tormentas, e intenso frío alternando con temperaturas muy elevadas.

Estos cambios atmosféricos están directamente relacionados con el incremento del CO2 atmosférico. Además, la fenología, que estudia del efecto de las variables meteorológicas sobre las plantas, está muy relacionada  con el CO2.

De este modo, estudios experimentales han demostrado que los pólenes expuestos a elevadas temperaturas y altos niveles de CO2 muestran una alergenicidad significativamente más elevada.

Por otro lado, la polinización de las plantas está muy vinculada con la temperatura.

El ascenso térmico inducido por el cambio climático puede provocar modificaciones significativas en el inicio de la polinización.

Está hipótesis ha sido demostrada en los casos de árboles no alergénicos como la encina,  y en otros muy alergénicos como son el abedul en Centroeuropa.

En España ha sido igualmente observado con el olivo y plátano de sombra. Por otra parte, el aumento de temperatura durante los meses de otoño prolonga la polinización de las malezas quenopodiáceas en nuestra zona.

Otro fenómeno meteorológico asociado al cambio climático son las tormentas.

Se ha demostrado que las tormentas en época de polinización provocan la ruptura de los granos de polen de gramíneas, liberado hasta 400-500 partículas alergénicas por cada grano de polen, con una mayor capacidad de penetrabilidad en el árbol respiratorio; y, por tanto, riesgo más elevado de inducir episodios de asma.

La tendencia del cambio climático con el ascenso de las temperaturas e incremento en los niveles de CO2  pueden acentuar en el futuro la duración e intensidad de la polinización de las plantas, con un negativo efecto para las personas asmáticas.

Consejos generales para alérgicos al polen
Consejos generales para alérgicos al polen. Fuente: Dr. Álvaro Moreno Ancillo

Consejos generales para alérgicos al polen

  1. Conocer el tipo de pólenes a los que se es alérgico y la época en la que están presentes en la atmósfera.

Hay disponibles páginas como polenes.com, gestionadas por la Sociedad Española de Alergología e inmunología Clínica (SEAIC) que nos ofrece datos de nuestro entorno, y aplicaciones para móviles que nos ayudan a saber a qué pólenes nos enfrentamos.

2. Aprender a reconocer las plantas a cuyo polen se es alérgico y los lugares donde habitan (parques, jardines, campo, monte, etc.) con el fin de no tener contacto con ellas mientras dure la polinización.

3. Evitar las actividades al aire libre en la época de las alergias.

4. Permanecer, en la medida de lo posible, en el interior de los edificios los días de mayor concentración de pólenes y los días de viento.

5. Mantener las ventanas de las habitaciones cerradas y ventilar a primeras horas de la mañana. No barrer, utilizar aspirador y limpiar el polvo con bayeta húmeda.

6. Evitar el contacto con humos y lugares polucionados, así como los cambios bruscos de temperatura y realizar esfuerzos físicos en épocas de alergia.

7. Utilizar gafas de sol para proteger los ojos del contacto directo con el aire.

8. En caso necesario, utilizar mascarilla para salir a la calle.

9. Utilizar el aire acondicionado en la casa porque tiene filtros que evitan que el polen se mantenga en el interior de la vivienda.

10. Lavarse el pelo por la noche para limpiarlo del polen acumulado durante el día.

11. Secar la ropa en secadora o tendederos dentro de la casa ya que en la ropa colgada en el exterior puede acumularse el polen.

12. Pulverizar la casa con agua para limpiar el aire del interior de partículas.

13. Evitar los parques y jardines, así como salir al campo.

14. Evitar viajar en moto y bicicleta.

15.No cortar el césped ni realizar tareas de jardinería.

16. Viajar en coche con las ventanillas cerradas.

17. Mantener el interior del vehículo limpio, incluidos los conductos de ventilación.

18. En el coche, utilizar el aire acondicionado para filtrar el aire que entra en el automóvil. Utilizar filtros antipolen.

19. No se debe conducir si se toman antihistamínicos que provocan sueño.

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