¿Qué es la educación inclusiva?

Un niño que necesita apoyo no es un niño inferior en ningún sentido. Todos los niños necesitan apoyo y, a lo mejor,  un niño con una discapacidad no sabe hacer una cosa, pero sí sabe hacer otras.

Esta semana compartimos la entrevista que realizamos sobre educación inclusiva a Amaya Fernández, psicóloga clínica, con más de 10 años de experiencia en dificultades de aprendizaje y actualmente Auxiliar Técnico Educativo (ATE) en un colegio público. Trabaja en las aulas de educación infantil en las que están escolarizados alumnos con discapacidad.

¿Cómo son los niños en un aula de infantil? 

Los niños en el aula de infantil son muy diferentes entre sí, las aulas son el reflejo de una sociedad compleja y diversa. Nos encontramos diferencias, pues, a nivel social, distintas culturas, distintas razas, distintos modelos familiares, pero a mí las que más me interesan y las que yo más observo, son las diferencias individuales.

Hay niños con distintas condiciones de salud, con temperamentos muy diferentes, en general las aulas de infantil son aulas muy agitadas. Hay niños que son muy despiertos y entienden enseguida todo lo que el tutor les transmite, mientras que hay niños que todo lo contrario, tardan mucho en responder y en comprender.

Se observa, entonces, que hay estilos o ritmos de aprendizaje muy diferentes. Lejos de ser esto un problema, al contrario, esto enriquece mucho el aula, puedes imaginarte ¿no?, ¡qué gran oportunidad supone la diferencia para que todos aprendamos!

De hecho, además, podemos deducir también que todos los niños por el hecho de ser diferentes, pues van a necesitar algún tipo de apoyo a lo largo de la mañana, según estamos con ellos. Algunos necesitan un apoyo puntual y otros necesitan un apoyo de manera más intensa, para un mayor número de actividades.

La cuestión es cómo abordamos esas diferencias. Yo me encuentro en mi trabajo que hay dos formas de afrontar la diversidad en el aula: la diversidad como reto o la diversidad como obstáculo.

Aquellos profesionales, maestros y ATE y otros profesionales, que afrontan la diversidad como un reto, que son conscientes de que esta diversidad va unida a un mayor esfuerzo y trabajo, pero que sin embargo, no les asusta, para mí, son ejemplo de educadores proactivos, inclusivos. Yo tengo compañeros de este tipo en los que yo me apoyo y aprendo mucho.

Pero también tenemos personas que afrontan esta diversidad como un obstáculo, porque quieren que las aulas sean lo más homogéneas posibles, porque eso es más fácil de llevar, un aula en la que todos son similares. Lo que pasa es que eso está muy lejos de conseguirse porque las aulas son muy complejas. Estos educadores yo los suelo llamar educadores pasivos, tienden mucho a la frustración porque les cuesta mucho entender que las diferencias son una característica de las aulas de hoy en día y que lejos de ser un problema, pues son una oportunidad.

¿Cómo surge el modelo de la educación inclusiva?

Sabemos que todos los niños y niñas tienen tienen derecho a la educación, ¿verdad? pero no a cualquier tipo de educación, sino a una educación que respete y tenga en cuenta estas circunstancias personales, estas diferencias de las que hablamos.

Por eso, cuando hablamos del concepto de inclusión se aplica a todas las personas, no solo a las que tienen discapacidad, se aplica tengan o no discapacidad.

Sin embargo, efectivamente, antes de hablar de educación inclusiva es importante saber que han existido otras formas de trabajar con los niños con discapacidad en las aulas porque es la manera de entender realmente lo que implica este movimiento inclusivo.

Modelo exclusivo

Hace unos 50 o 60 años se trabajaba desde un modelo exclusivo en el que, bueno, pues, no se reconocían los derechos de los niños con discapacidad, digamos que se podía prescindir de ellos. En realidad era un modelo muy centrado en la discapacidad y en el déficit, en lo que ellos no podían hacer.

Te pongo un ejemplo de este modelo exclusivo en los centros. Imagínate que se organiza una función de teatro y todos los niños van a representar un papel, pero el niño con discapacidad no, porque no encaja, no se le puede dar un papel porque su discapacidad es un problema.

Trabajar desde este enfoque es un modelo exclusivo, está ya totalmente obsoleto pero, sin embargo, a veces nos encontramos que sigue habiendo algunas prácticas de este tipo.

Modelo de segregación

Se dio un paso más adelante y a finales de los 80-90 se empezó a hablar de segregación. El modelo de segregación significa que existen personas normales y otras que necesitan unos cuidados especiales, pero unos cuidados en el sentido más asistencial.

Aquí surgió la definición de nuestro papel en los coles, o sea, del Auxiliar Técnico Educativo (ATE), que se asoció al papel de cuidador. Cuidábamos a los niños que tenían ciertas discapacidades.

Seguíamos centrándonos en el déficit. Este modelo fue un avance muy poco significativo en lo que era la atención a las personas con discapacidad. De hecho, nuestro trabajo como ATE, pues lógicamente ha tenido que ir evolucionando de manera paralela a como han ido evolucionando los modelos vigentes de atención a las personas con discapacidad.

Yo en mi cole no cuido a los niños con discapacidad, ni siquiera empleo esa palabra. Yo no soy un cuidador en el centro. Al día de hoy yo lo que hago es coordinarme con el resto de compañeros, tutores y resto de profesionales que forman el equipo de orientación, en el que yo también estoy, para desarrollar los hábitos de autonomía personal de los alumnos con discapacidad.

Esto es muy importante tenerlo en cuenta. De hecho, cuando hablamos de inclusión, nuestra figura es imprescindible, porque si no existiera nuestra figura en los centros y si no se conociera, pues realmente no podríamos hablar de inclusión educativa.

Modelo de integración

Después del modelo de segregación se pasó a un modelo de integración. ¿Y qué es eso de la integración? Integrar es decir que hay alumnos que tienen necesidades educativas especiales que van a necesitar una serie de apoyos y de recursos. 

Pero, tampoco avanzamos mucho. Es el niño el que entra en el centro y se tiene que adaptar a ese entorno, a esas actividades, por lo tanto, seguimos centrándonos en la discapacidad y en lo limitante del término “discapacidad”.

Modelo inclusivo 

En el año 2006 la ONU celebró la Convención sobre los Derechos de las personas con discapacidad, que España ratificó en el 2007 y entró en vigor en el 2008. En esta convención todos los países acordaron que las personas con discapacidad tenían derecho a una educación inclusiva.

¿Y qué quiere decir esto? Bueno, pues que además de tener derecho a ir a la escuela a aprender, los niños tienen derecho a formar parte de esa escuela.

A partir de ese momento se desarrolló una legislación enorme tanto a nivel de España, como en la Comunidad autónoma.

Actualmente, no hay otra forma de entender la educación. La educación o es inclusiva o no es educación.

¿Cómo trabaja un profesional (tutor, ATE, orientador…) desde el modelo de la educación inclusiva?

Te voy a contestar a esta pregunta pensando en compañeros y en personas que conozco que son inclusivas y que son de las que yo también aprendo mucho.

Algunas características que tiene que tener un profesional para ser inclusivo en la educación:

  1. Aceptar y respetar al niño, independientemente de sus circunstancias personales. Uno puede ser firme y puede ser autoritario sin herir los sentimientos del niño.Y estamos hablando de que para eso hay que tener una actitud positiva hacia la diversidad dentro del aula.
  2. Tiene que tener en cuenta al niño con discapacidad a la hora de planificar cualquier actividad. Si se va a organizar una excursión a la montaña, pero hay un niño en el aula que tiene una discapacidad motora, ¿cómo vamos a ir a la excursión? “Es que este niño no va a poder ir porque los lugares a donde vamos no son accesibles”, por lo tanto el niño se queda fuera. Un profesional inclusivo esto no lo permitiría jamás. Diría, “pues no se va a la montaña, porque anda que no hay sitios para ir de excursión”, que no tenga que quedarse ninguno fuera.
  3. Permite que todos los niños participen en todas las actividades, porque los niños en infantil aprenden jugando y aprenden relacionándose unos con otros. En este sentido, no se debe privar nunca a un niño de la participación, por ejemplo, yo veo muy mal y veo muy exclusivo el que se castigue a un niño sin recreo o sin poder ir a una fiesta. Me da igual en este sentido, con discapacidad o sin ella, porque le estás privando de la participación de un momento, de un espacio, de un tiempo que necesita para su desarrollo social, de su autoestima, para la relación con sus compañeros.
  4. Se esfuerza en encontrar las barreras que impiden el aprendizaje del niño. Las barreras están fuera, están en el entorno.  Los niños que, por ejemplo, no tienen la pinza conseguida, que no les gusta trabajar con un lápiz, con un rotulador, incluso te lo tiran a la cara o lo lanzan por la clase porque no quieren usarlo. Pues, vamos a ver de qué otra manera puede aprender este niño. Vamos a ofrecerle plastilina, pintura de dedos, vamos a ponerle una canción porque tenemos muchos canales posibles para poder aprender. Tenemos la vista, el oído, el gusto, el olfato, nuestro propio cuerpo. Y hay que esforzarse por buscar esas vías, esos canales, y por identificar qué es lo que está impidiendo que el niño aprenda. 
  5. Se centra en buscar las capacidades, no en la discapacidad. A mí que alguien me diga que voy a tener el próximo curso a un niño con discapacidad, por ejemplo, con síndrome de Down, parálisis cerebral o con un autismo, me orienta, pero realmente no me dan ninguna información del niño. A mí lo que me interesa es saber qué capacidad tiene, qué le gusta y qué sabe hacer, cómo podemos motivarle para que en la clase aprenda. Te recomiendo que veas la película “Los niños del coro”. A mí me encantó y la tengo que ver por lo menos 5 o 6 veces más porque es maravilloso como ese profesor se esfuerza por identificar la capacidad de cada uno, para asignar un rol a cada alumno dentro de la clase y que ninguno se quede fuera.
  6. Es un profesional que trabaja en equipo y que le gusta trabajar en equipo, entiende que todos los profesionales dentro de la escuela somos valiosos, que sumamos, que nos podemos apoyar los unos a los otros. En este sentido, yo, como ATE, formo parte del equipo de orientación. En el equipo de orientación del centro, el Coordinador, digamos, es el orientador. Yo le llamo el director de la orquesta porque el orientador es el que nos coordina a todos y nos ayuda a todos y va a conseguir mucho para todo el alumnado.
  7. Hay una práctica muy importante que tenemos que intentar evitar, que es no comparar a los niños. Lo hacemos sin querer, me pasa también a veces, “este niño lo hace y el otro no, ¡qué curioso!” Estamos comparando constantemente y no ayuda nada porque estamos partiendo de que las diferencias existen y que las diferencias son necesarias. Además, la comparación es el germen de dos emociones socialmente indeseables, como son los celos y la envidia, emociones muy destructivas que también hay que trabajar.
  8. Además, es un profesional que cuando no sabe algo, lo dice, se forma, se informa, se recicla.Yo aprobé mi oposición en el año 2007, allá por los años de la integración. Entiendo que tengo la obligación y el deber de actualizarme para poder dar una respuesta más efectiva y más ajustada a lo que hoy en día tenemos en nuestras aulas.
  9. Es muy importante utilizar un lenguaje capacitante “Tú puedes”, “Vamos a intentarlo”, “Venga, que sabes hacerlo”. En contraposición con un lenguaje no capacitante, que está más centrado en el déficit, por ejemplo, “es que no puede”, ” como tiene esta discapacidad”, “este niño no sabe”, “este niño no comprende”, “es que este niño no puede participar”. Esto es tremendamente doloroso y tremendamente dañino porque estamos excluyendo constantemente. Además, los niños de infantil son muy inclusivos, son un ejemplo, porque con cuatro añitos, con cinco añitos, ayudan desinteresadamente a los compañeros que ven más vulnerables, sencillamente porque “esto no se les da bien” pero se les pueden dar bien otras cosas y a cada uno igualmente. 
  10. También es un profesional que atiende las necesidades emocionales de los niños. En el aula de infantil  tienes que abordar mucho lo que es la frustración, porque hay que decirles “no” con frecuencia. También hay que abordar otras emociones, como por ejemplo, la ansiedad cuando se separan de sus padres.

Más que cuidar, es acompañar, tomar de la mano en el proceso educativo. 

Centrándonos un poco más en la discapacidad, ¿qué es y como se relaciona con otros conceptos como el de barreras y accesibilidad?

Entendemos “discapacidad”, hoy en día, como una característica más de la persona, que es el resultado entre la interacción de la persona que tiene limitaciones (a veces permanentes) con cualquier tipo de barrera que limite su participación en el entorno.

Se entiende, desde el modelo de la inclusión, que lo que hay que modificar son las barreras.

Por ejemplo, si en un colegio hay unas escaleras y hay un niño con una discapacidad motora, el problema no es que haya un niño con una discapacidad motora, el problema es que hay una escalera que impide su acceso a la planta de arriba.

Si tengo una niña que tiene muchas dificultades de comprensión y que, por ejemplo, no tiene el lenguaje oral, el problema no es que no tenga el lenguaje oral, el problema es que no se está utilizando otros sistemas alternativos de comunicación para poder comunicarse con ella.

Si no modificamos el entorno, si el entorno sigue siendo el mismo, no vamos a avanzar nunca. Las clases tienen que cambiar cuando hay niños que tienen ciertas necesidades. Hoy en día, sin embargo, no se habla de necesidades educativas especiales, está un poco en desuso, se habla más bien de barreras del contexto que hay que modificar.

Cuando hay una discapacidad tenemos que pensar en qué barrera, que muro tenemos que derribar.  Y cuando hablamos de capacidad, pues yo lo asocio a la accesibilidad.

Si hablamos de discapacidad , tenemos que hablar también de capacidad. Porque todos tenemos capacidad para algo, servimos para algo y hay cosas que se nos dan bien, tenemos esas habilidades particulares.

La accesibilidad es también una característica de los espacios, pero todo lo contrario a la barrera. Se refiere a todos estos cambios que permiten desdibujar la discapacidad, dejarla digamos, en un segundo plano.

Yo siempre pienso en el acrónimo DOCA: Discapacidad, Obstáculo, Capacidad, Accesibilidad. Es lo que tenemos que tener en mente cuando cuando trabajamos con este tipo de alumnos.

Cuando quitamos barreras, las quitamos para todos

Claro, eso es. Además, es todo un campo de trabajo que se llama el diseño universal en el que están implicados no solo trabajadores de la educación, también arquitectos.

Están trabajando de manera que se hagan los espacios accesibles para todos, porque una barrera física, la más típica, no como puede ser una escalera, también es un problema para una madre que va con un carrito de bebé o para una persona que mayor que va con su bastón. 

Las barreras no se deben quitar porque hay personas con discapacidad, porque hay que permitir su acceso, no, las barreras hay que quitarlas porque no ayudan ni benefician a nadie.

Es tan fácil como diseñar entornos que sean accesibles para todos y de esta manera, pues no tendremos que considerar una discapacidad como un problema, que no lo es, así tendríamos todos las mismas oportunidades de acceso a todos los espacios, que al final es de lo que se trata.

¿Qué recomiendas para comenzar a trabajar desde un modelo inclusivo?

La inclusión es un proceso, como ya te he contado, lleva muchos años y tiene un largo recorrido. A todos nos gustaría pensar que la exclusión no existe y sin embargo la vemos, sí existe y está muy presente.

La inclusión es un proceso y es cosa de todos. No es que los profesionales que trabajamos dentro de la escuela tengamos que ser inclusivos, es que los padres también tienen que serlo, pero no los padres de los niños con discapacidad, sino los padres de los compañeros de los niños que tienen una discapacidad también tienen que ser inclusivos.

La sociedad en su conjunto tiene que apostar por este modelo que es un cambio de visión.

Creo que lo primero que hay que hacer, cada uno desde su posición, es parar y pensar. Antes de hacer nada, tienes que pararte y tienes que pensar ¿desde qué modelo estás trabajando tú? Tú, como madre, como vecina, como profesional, como miembro de esta sociedad, ¿qué modelo tienes en tu cabeza? ¿qué opinas tú acerca de la inclusión?

Lo segundo, ¿qué cambios podrías hacer tú para incluir a todas las personas? No solo a las personas con discapacidad, porque vivimos en una sociedad diversa.

Y por último, esto es muy importante, tenemos que hacer una cosa y es reforzarnos y valorar cada pequeño gesto, cada pequeño esfuerzo que hagamos en dirección a este cambio porque es digno de admiración.

A pequeños pasos que vayamos dando, cada uno a título individual, vamos a ir haciendo, poquito a poco, una escuela más inclusiva y, por tanto, pues una sociedad más inclusiva.

Un niño que necesita apoyo no es un niño inferior en ningún sentido. Todos los niños necesitan apoyo y, a lo mejor,  un niño con una discapacidad no sabe hacer una cosa, pero sí sabe hacer otras.

Enseñemos que no hay nada especial en la discapacidad, que es una característica más. De hecho, hay cuentos maravillosos para los niños de infantil sobre las discapacidades. Se puede hablar del tema y se normaliza.

Cuando estos niños sean adultos, pues van a ser adultos totalmente inclusivos, porque han nacido y han vivido desde esta perspectiva.

Más sobre educación inclusiva

CUENTOS PARA HABLAR DE LA DISCAPACIDAD EN EDUCACIÓN INFANTIL

Los cuentos son una manera de sensibilizar a los niños sobre muchos temas y también sobre las distintas condiciones de discapacidad.

Estos son los 10 cuentos que Amya te recomienda:

  1. EL  CAZO DE LORENZO. Autora: Isabelle Carrier. Editorial:  Juventud
    Edad recomendada: A partir de 3 años. Con palabras simples y unas ilustraciones tiernas y divertidas, la autora recrea el día a día de un niño diferente: sus dificultades, sus cualidades, los obstáculos que tiene que afrontar.  https://www.youtube.com/watch?v=GUfa7p5qqa0
  2. CONOCIENDO EL MUNDO CON OTRO SENTIDO: nos muestra el mundo tal y como lo percibe una niña con discapacidad visual.                                                   https://www.youtube.com/watch?v=63S7mi3fM-I
  3. POR CUATRO ESQUINITAS DE NADA: trabaja la idea del “deber” de encajar en un entorno para poder formar parte de él. Explica la importancia de las barreras. https://www.youtube.com/watch?v=DBjka_zQBdQ
  4. UNA PALABRA OLVIDADA: Un cuento sobre la solidaridad, la superación de dificultades y el deseo de  alcanzar la felicidad de un niño con TDAH.                                           https://www.youtube.com/watch?v=Brt0klO0W6
  5. Corto: “CUERDAS”: Cuerdas” es el segundo cortometraje de Pedro Solís García. “Cuerdas” fue el ganador del Goya® 2014 en la categoría de “Mejor cortometraje de animación español”.  https://www.youtube.com/watch?v=4INwx_tmTKw
  6. Quisiera ser un coche. Autora: Carla Riba Pelaghi y Agnés Capella. Editorial Salvatella. Esta historia explica a los más pequeños que la discapacidad no es un impedimento y que debemos ayudar a los demás siempre que podamos. El protagonista es un niño que utiliza una silla de ruedas para desplazarse.
  7. Mira, ¡puedo hablar con los dedos!. Erika M Szabo.
  8. En el cole con Pepa: Cuento para entender la discapacidad, valorar las diferencias y aprender a convivir con ellas. Autora:  M. Nieves Seseña.
  9. La cigüeña añil. Autor: Roberto Ferrero Gómez. El sueño de una niña que convive con una enfermedad rara.
  10. SuperNiños. Autora: Anya Damirón e ilustrado por Pablo Pino,  nos muestra una forma diferente de ver la discapacidad. Resaltando las cosas que niños con discapacidad SI pueden hacer, no lo contrario.

Si quieres empezar a tomar acción, Amaya te recomienda que visites la web de Plena Inclusión donde encuentras mucha información sobre este tema y cómo enfocarte desde esta perspectiva.

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Psicóloga, especialista en Neuropsicología y Terapia de Conducta. Auxiliar Técnico Educativo (ATE) en un colegio público.

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