La médico foniatra, Dra. María Bielsa, nos explica los hitos del desarrollo del lenguaje en el niño así como los trastornos del lenguaje infantil.
El desarrollo del lenguaje del niño no sigue unas etapas concretas. Hay una serie de hitos que se supone que el niño tiene que ir alcanzando pero cada niño es un ser diferente.
Dos niños que nacen en el mismo momento pueden diferir en su desarrollo y durante 2-3 años las adquisiciones de cada uno de ellos pueden ser muy diferentes, luego se igualan y allí observamos la maduración del niño.
La maduración no es lineal, es una maduración a saltos. También hay niños que adquieren el lenguaje unos antes que otros. Dicen que las niñas son más avanzadas en este aspecto, suele ser así pero tampoco es una regla.
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¿Cuándo se adquiere el lenguaje en el niño?
Generalmente, depende de la estimulación que el niño haya recibido. No es lo mismo un niño que procede de un orfanato que un niño que procede de una familia donde todo el mundo está pendiente de él, le están estimulado, le hablan y está permanentemente escuchando, atento a los ruidos, al habla de todos los demás.
Hacia el año es cuando empieza a decir las primeras palabras con sentido: “papá, mamá, agua”, generalmente son repeticiones de una sílaba que es la que primero se aprende, la p, la t o la k. Estas primeras palabras se llaman “referenciales”.
Entre el primer y segundo año el vocabulario aumenta muchísimo y aumenta también la complejidad de esas emisiones realizando, casi sin querer, frases básicas uniendo dos palabras, como “toche papá” (el coche de papá). No tiene estructura gramatical pero sí de acción.
Entre los dos y tres años se produce una explosión del lenguaje: el vocabulario aumenta de una manera tremenda y las frases se van haciendo cada vez más complejas, apareciendo algunas partículas gramaticales, tales como “mi”, “con”, “el”. La influencia del colegio es muy importante en este sentido.
Es una época en la que el niño empieza a pensar en que, de alguna manera, el lenguaje se construye de una forma semejante, por eso empieza a decir “vinió”, “ició” o “dició” es decir, los verbos irregulares “vino”, “hizo” o “dijo” no los imita sino que hace su propia gramática española.
Posteriormente empiezan a aumentar tanto el número de palabras como la complejidad de las frases y el niño va a ser capaz primero de describir, luego de narrar.
Al principio esa narración va a tener muchas limitaciones en cuanto al tiempo, no va a ser capaz de organizar temporalmente los relatos, no distingue entre ayer y mañana pero sí que va a intentar dar los datos más importantes de la información, de manera que entre los tres y cuatro años su discurso es informativo y es capaz de contar lo que ha hecho en el colegio, por ejemplo.
Entre los tres y los cuatro años hay algunos niños que empiezan a tartamudear, generalmente, por esa incapacidad de que sus órganos sigan el ritmo tan rápido del pensamiento que los dirige.
No hay que asustarse, es una tartamudez que se llama tartamudez del desarrollo o fisiológica.
El niño normalmente alarga alguna vocal o algún sonido, a veces repite como una metralleta antes de empezar a hablar.
Generalmente lo hace con mucha naturalidad, no se pone nervioso y no se asocia a una conducta de tensión adicional. El niño no se bloquea ni hay tensión en los órganos.
¿Cuándo puede haber un problema en el desarrollo del lenguaje en el niño?
Cuando aparecen bloqueos respiratorios, tics o movimientos asociados en la cara, movimientos en los brazos o en las piernas y vemos que el niño está angustiado porque no sabe arrancar, esto es un signo de alarma.
Es necesario consultar con el especialista porque estamos hablando de una tartamudez verdadera que puede cronificarse.
Generalmente los profesores están muy entrenados en este tipo de conductas y normalmente aconsejan a los padres si hay que darle o no importancia.
La tartamudez natural o del desarrollo suele desaparecer en algunos meses o un poco más pero es importante no ponerse nervioso, no angustiar al niño, no reprenderle con frases como “no hagas eso, sabes que si lo dices despacio lo puedes decir bien”, evitar las burlas y comparaciones, porque dice un dicho en foniatría que “el tartamudo no nace, sino que se hace”.
A veces las conductas inadecuadas o represivas de padres y profesores hace que eso se cronifique y aparezcan problemas asociados que agravan la tartamudez.
Trastornos del lenguaje infantil
“Me han llevado a muchos médicos porque dicen que no entiendo pero no soy sordo y porque dicen que no hablo pero no soy mudo. Mi mejor amigo es un niño sordo que me pregunta ¿qué han dicho? y yo le digo lo que han dicho, pero ¿qué han querido decir?”
Es un niño que no comprende adecuadamente los mensajes cuando le preguntas o le das dos órdenes seguidas, por ejemplo “trae de la habitación del abuelo su bata y sus zapatillas”.
El niño se queda estupefacto sin poder entender toda esa serie de palabras que hemos dicho con tanta naturalidad que nos parece que el niño nos ha seguido pero realmente se ha perdido en la primera orden.
Son niños que tienen una mala comprensión del lenguaje sobre todo cuando les hablamos rápido o con frases complejas o con frases abiertas.
¿Qué otros signos del trastorno del lenguaje infantil podemos observar?
Algunos niños tienen estas dificultades comprensivas, la mayor parte tienen además problemas serios de expresión.
A veces no adquieren el vocabulario de una manera automática o natural como un niño normal, otras veces no adquieren adecuadamente la pronunciación y su habla no es inteligible, no es informativa (dislalias).
Muchas veces desorganizan completamente el discurso, son incapaces de contar una vivencia y, por lo tanto, de realizar intercambios comunicativos eficaces con sus pares.
Son niños que en el colegio se pierden, pasan por distraídos e incluso a veces, son conflictivos.
Un niño que no se está enterando de nada en una jornada de cinco o seis horas de clase y, además, su comunicación es deficiente, como es lógico, le va a repercutir mucho en su desarrollo social y escolar.
Muchos de estos niños también aprenden mal a leer o son disléxicos.
La detección de los trastornos del lenguaje infantil es fundamental, poner cuanto antes los medios necesarios para ayudar a ese niño, para que sea capaz de entender y comunicarse eficazmente, así como evitar las terribles repercusiones que va a tener este problema tanto en su desarrollo como en su aprendizaje.
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