Rotura del ligamento cruzado anterior

En la mayoría de los casos se le indica al paciente que comience con ejercicios de potenciación de la musculatura de la rodilla antes de la operación para evitar lo máximo posible la pérdida de masa muscular.

El diagnóstico de la rotura del ligamento cruzado anterior o ligamentoplastia es bastante claro con la entrevista al paciente y las pruebas físicas puesto que, normalmente, aparece una gran inestabilidad en la rodilla, pero todos estos datos se confirman con mayor certeza con una resonancia magnética, explica la fisioterapeuta, Laura Flores.

¿Qué es el ligamento cruzado anterior?

El ligamento cruzado anterior es una estructura intraarticular que se encuentra situado en la rodilla entre la tibia y el fémur.

El ligamento cruzado anterior junto con el posterior son los encargados de dar estabilidad anteroposterior a la rodilla. Evitan movimientos de cajón, que son aquellos movimientos no fisiológicos donde la tibia se desplaza bajo el fémur estando la rodilla en flexión.

Causas de la rotura del ligamento cruzado anterior

El mecanismo de lesión más habitual es un giro de la rodilla con el pie fijo en el suelo o una hiperextensión de la misma.

El diagnóstico de la lesión es bastante claro con la entrevista al paciente y las pruebas físicas puesto que, normalmente, aparece una gran inestabilidad en la rodilla, pero todos estos datos se confirman con mayor certeza con una resonancia magnética.

Tipos de ligamentoplastia

Nos detenemos un momento en describir brevemente qué tipo de cirugía se puede recibir en una ligamentoplastia ya que dependiendo de esta la recuperación tiene menos complicaciones.

El método más usado es la aplicación de un injerto propio del paciente que se obtiene habitualmente del tendón rotuliano o de la pata de ganso.

El inconveniente principal de este método es la posible tendinopatía y afectación de la musculatura de donde se saca el injerto. Sin embargo, no hay posibilidad de rechazo por parte del paciente.

Otro método muy utilizado es el uso de un ligamento de un donante. La recuperación es mucho más rápida pero hay posibilidades de que el paciente lo rechace al ser de otra persona.

¿Cuándo comienza la rehabilitación?

La rehabilitación del ligamento cruzado anterior debe empezar lo antes posible después de la cirugía siempre adaptando el tratamiento a la fase en la que nos encontremos.

En la mayoría de los casos se le indica al paciente que comience con ejercicios de potenciación de la musculatura de la rodilla antes de la operación para evitar lo máximo posible la pérdida de masa muscular.

La vuelta a la actividad deportiva, si se realiza, se estima en unos seis meses, aproximadamente, en condiciones óptimas.

Fases de la recuperación de la rotura del ligamento cruzado anterior

Vamos a dividir la recuperación en dos partes:

1.- Prequirúrgica

Los objetivos de esta etapa van a ser disminuir el dolor, eliminar la inflamación aguda post lesión, mantener el rango articular que se tenga y evitar la pérdida de masa muscular en la medida de lo posible.

Para ello el fisioterapeuta podrá usar electroterapia antiinflamatoria (onda corta, ultrasonidos…) y se le indicará al paciente un protocolo de ejercicios que deberá realizar en casa.

En el caso de los ejercicios de potenciación se realizarán sin peso puesto que podemos aumentar el cajón de la rodilla y se propondrán ejercicios isométricos (sin movimiento de la rodilla por lo que disminuiremos el riesgo de daño articular), por ejemplo, levantar la pierna estirada desde la cadera o apretar una pelota debajo de la rodilla.

Se usarán también técnicas de masoterapia drenantes que favorezcan la eliminación de la inflamación propia de la lesión.

El objetivo principal de esta fase es que el paciente tenga las mejores condiciones posibles físicas para el comienzo de la recuperación posterior a la cirugía.

2.- Postquirúrgica

Esta fase podríamos dividirla en otras tres cuyos tiempos de duración no son fijos, pero si indicativos puesto que hay que adaptarse a las circunstancias de cada paciente y a su velocidad de recuperación o posibles complicaciones existentes.

Fase inicial

Objetivos

  • Disminuir el dolor.
  • Disminuir la inflamación.
  • Evitar adherencias en la cicatriz.
  • Aumentar el rango articular de la rodilla.
  • Evitar el flexo de rodilla.
  • Evitar la pérdida de movilidad de la rótula.
  • Tonificar la musculatura de la rodilla para activarla.

Tratamiento

  • Masoterapia para preparar la musculatura de la rodilla.
  • Uso de crioterapia como ayuda para bajar la inflamación.
  • Masaje de la cicatriz (tener precaución si el paciente aún tiene los puntos).
  • Movilizaciones intentado ganar arco articular y todos los planos de movimiento.
  • Potenciación del cuádriceps con corrientes estimulantes.
  • Ejercicios isométricos (sin movilidad articular) para tonificar cuádriceps, sobre todo, que es la musculatura más afecta y que da más estabilidad a la rodilla.

Fase media

Objetivos

  • Aumentar la estabilidad de la rodilla.
  • Llegar a los últimos grados de la movilidad.
  • Potencialización muscular para ganar masa muscular.

Tratamiento

  • Continuación de la movilización para llegar al arco articular completo del paciente.
  • Comienzo del trabajo resistido de cuádriceps, isquiotibiles, gemelos y tibiales tanto manualmente como con diversos ejercicios.
  • Comienzo de la propiocepción en sedestación.
  • Se recomendará en esta fase ejercicios en la piscina puesto que podemos aprovecharnos de Trabajo en bicicleta estática.

Fase final (2-3 meses desde la cirugía)

Objetivos

  • Mejorar las cualidades físicas básicas (fuerza, flexibilidad, resistencia y velocidad).
  • Readaptación al esfuerzo al final de esta fase (personalizado para cada paciente y la actividad que practique).

Tratamiento

  • Potenciación de la musculatura con carga, sentadillas, etc.
  • Comienzo de la carrera. Previamente a esto podemos comenzar con elíptica ya que no hay impacto.
  • Trabajo propioceptivo en bipedestación para entrenar a la articulación en diversas situaciones que se puede encontrar en la vida cotidiana y donde se solicita mayor trabajo por parte de este ligamento. Se puede realizar con bosu, plataformas inestables, camas elásticas, etc.

Vuelta al entrenamiento después de una rotura del ligamento cruzado anterior

Después de la última fase quedaría el entrenamiento a nivel funcional comenzando la dinámica deportiva de manera progresiva en el caso de un o una deportista hasta, aproximadamente, los 5 – 6 meses ya que es después de este período cuando se reanuda la práctica del deporte en condiciones óptimas.

Es necesario respetar los tiempos de recuperación, aunque, como ya hemos indicado antes, siempre adaptándonos al paciente, puesto que pueden aparecer complicaciones como tendinopatías rotulianas por sobreesfuerzo que retrasen la recuperación.

Incluso los deportistas de alto nivel y cualquier persona que recibe un tratamiento de alta intensidad y con todos los medios a su disposición respetan estos tiempos sin acortarlos.

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