La comunicación humana es un acto complejo que cumple funciones vitales para la supervivencia pero… ¿Cuándo empezamos a comunicarnos? En este artículo la logopeda Leticia Carriches Nevado del Equipo Cira nos explica cómo y cuándo comienza esta comunicación ¿nos acompañas?
Índice de contenidos
¿Qué es la comunicación?
La comunicación es el acto voluntario de transmisión de información entre seres vivos; va mucho más allá de las palabras. Centrándonos en la comunicación humana, para que ésta exista es importante la presencia de una persona que emite un mensaje (palabras, sonidos, gestos, escritura, etc.) y otra que lo recibe, interpreta y da respuesta.
La comunicación es fundamental tanto para la vida social como para la supervivencia.
Al principio la comunicación en el bebé es muy primitiva y cumple una función de supervivencia, a través de ella el bebé indica cuándo necesita comer, está incómodo por algo, etc.
Poco a poco va comprendiendo que sus actos tienen un impacto en los otros y comienza a utilizar esta comunicación con una función más social, como puede ser llamar la atención del adulto o conseguir algo que desea.
La intención comunicativa es parte imprescindible de esta función social ya que sin ella se ve gravemente afectado el interés por compartir momentos e interacciones con otras personas, así como la necesidad de interaccionar y participar en los diferentes entornos y situaciones sociales en las que el pequeño estará inmerso a lo largo de su vida (juegos, parque, colegio, etc.).
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La comunicación en el bebé
¿Crees que los bebés pueden comunicarse? La respuesta es SÍ. Los bebés se comunican desde el nacimiento a través del llanto, los diferentes tipos de llanto serán indicativo de diferentes necesidades que los padres o cuidadores principales pronto aprenderán a distinguir (hambre, sueño, incomodidad, dolor, etc.).
Posteriormente aparecen otras formas de comunicación como la sonrisa, asociada a momentos de placer y disfrute. Con ella los bebés manifiestan el gusto por compartir momentos de interacción con las personas de apego o simplemente el disfrute de sus primeros juegos.
La mirada también es un aspecto importante en el desarrollo de la comunicación ya que permite y facilita las interacciones con los demás y el aprendizaje a través de la imitación; los últimos estudios en relación con esta capacidad han mostrado que, hasta los 6 meses de edad, los bebés tienden a dirigir su atención a los ojos de sus cuidadores pero hacia el sexto mes de vida se ha comprobado que prefieren dirigir su atención a la boca del adulto y este cambio puede deberse a que durante este periodo el bebé empieza a producir más sonidos y por tanto muestra interés en la boca del adulto para intentar averiguar cómo se producen esos sonidos y así poder imitarlos.
Además, el seguimiento de la mirada del adulto es otra habilidad imprescindible en el desarrollo de la interacción; a partir del tercer mes el niño puede empezar a alternar la mirada entre el adulto y un objeto que este le muestre pero, hasta aproximadamente los nueve meses, los niños no son conscientes de que el foco de la mirada del adulto conlleva una intención por parte del mismo y que siguiendo su mirada pueden compartir intereses y experiencias.
Asociados a todo ello, aparecen los primeros sonidos y el balbuceo, al principio como simples juegos y posteriormente más ligados a la intención comunicativa (llamar la atención de los adultos, expresar alegría o enfado, etc.); estos sonidos irán acompañados de diferentes entonaciones que indicarán el estado de ánimo de los pequeños.
Este hito es importante en el desarrollo del habla puesto que dejan atrás las producciones anteriores donde predominaban las vocales para controlar mejor la fonación y la articulación, pudiendo producir sílabas combinando una vocal con una consonante (ma, pa, etc.); ese es el motivo por el que solemos identificar esos primeros balbuceos con las palabras “papá” o “mamá”, pero no debemos olvidar que en ese momento sus producciones aún no tienen el significado que tendrán unos meses más tarde.
Alrededor del primer año aparecen sus primeras palabras con intención, generalmente asociadas a personas de apego (mamá, papá) o a necesidades básicas (agua, pan, teta, bibe, etc.).
Junto a estos primeros momentos en los que se desarrolla la intención comunicativa, comienzan a utilizar algunos gestos como el de señalar con el dedo índice, alrededor de los 12 meses. Al principio, los niños señalan para pedir lo que desean y está fuera de su alcance y posteriormente este acto de señalar evolucionará e irá asociado a otra función comunicativa: compartir algo que ha captado su atención y quieren mostrar a los demás.
¿Qué puedo hacer para favorecer esta comunicación?
Es importante estar alerta para poder detectar cualquier dificultad; cada niño tiene su ritmo de desarrollo y aunque la aparición de estas etapas pueda variar algún mes, todos deberían pasar por ellas. Ante cualquier duda es importante ponerse en contacto con un especialista.
Para facilitar y estimular esta comunicación inicial, podéis aprovechar todos los momentos del día que paséis juntos:
- Háblale tanto como sea posible. Los bebés sienten mucha curiosidad por los sonidos y especialmente por las voces, sobre todo de los cuidadores principales; vuestro tono de voz le brinda confianza y seguridad.
- Utiliza diferentes tonos de voz dependiendo de la situación (juego, baño, sueño, etc.), esto capta su atención y facilita que el bebé se mantenga atento a la interacción con el adulto.
- Acércate a su carita y realiza gestos y movimientos faciales (sonrisas, muecas, etc.) lentos y algo exagerados para provocar su interés y facilitar la imitación; tan importante en el desarrollo.
- Cantar es una actividad que contribuye al posterior desarrollo del lenguaje. Cantar canciones en las que aparecen exageraciones, repeticiones y pausas, permite que el bebé se familiarice cada vez más con la lengua de su entorno.
- La base de la comunicación con bebés está en atender a sus necesidades. Da respuesta a estos inicios de la comunicación haciéndole saber que es importante y merece ser atendido.
Queremos aprovechar la ocasión para recomendar el videoclip de Conchita “El viaje”, en el que habla de la maravillosa aventura de ser papás.
Bibliografía/Webgrafía
- Aguado, G., El desarrollo del lenguaje de 0 a 3 años, CEPE, Madrid, 1995.
- Marcel Rufo y Christine Schilte, Gugu-tata mi bebé ya habla, Larousse, 2008.
- Kaye, K, La vida social y mental del bebé. Cómo los padres crean personas, Paidós, Barcelona, 1986.
- Antes de las primeras palabras