Hay presente una mala interpretación de los síntomas físicos o señales corporales que en verdad sienten. No hay proporción entre la base orgánica, dolencias y síntomas.
La psicóloga forense, Laura Corrochano, nos habla sobre el trastorno de ansiedad por enfermedad (antes hipocondría) ¿En qué consiste? ¿Cuál es su causa? ¿Cuáles son los síntomas? ¿Cómo se trata?
La hipocondría o trastorno de ansiedad por enfermedad es un comportamiento problema, una alteración de tipo cognoscitivo asociado a un temor infundado o excesivo por el propio estado físico.
Se da en personas sanas, por miedo a enfermar y en personas en las que existe una enfermedad de base. En ambos casos hay una existencia real de dolores, sensaciones desagradables y malestar somático, pero no sienten que está justificado por un problema grave que puedan entender, lo que suscita preocupación.
Hay presente una mala interpretación de los síntomas físicos o señales corporales que en verdad sienten. No hay proporción entre la base orgánica, dolencias y síntomas.
¿Cuál es la causa del trastorno de ansiedad por enfermedad?
Son diversas las teorías de la causa de la hipocondría.
La exposición de la persona a un contexto sociofamiliar con miembros enfermos, por experiencias de diagnósticos erróneos sobre enfermedades detectadas… Ambas giran entorno al aprendizaje y adquisición de creencias, pero existen otros factores que influyen en su desarrollo de una manera directa o indirecta.
Es importante saber que no todos los síntomas físicos y molestias que sufre una persona tienen que tener relación directa con una enfermedad.
¿Se puede prevenir?
En la prevención juega un papel importante el reconocimiento y los factores que mencionábamos líneas atrás, que permiten encontrar respuesta a los síntomas y malestar que la persona viene sufriendo.
La atención juega un papel importante, dependiendo de cómo focaliza la atención a lo que le molesta, el significado que le otorgue, la distracción y la situación que esté viviendo en ese momento, genera una preocupación de acuerdo a cómo afronta el problema.
La percepción, interpretación y explicación inadecuada genera alarmismo, y un círculo cerrado que no hace nada más que aumentar la preocupación. Ser realista, hacer uso de la lógica y eliminar los sesgos negativos es fundamental para no generar un pensamiento catastrófico del origen de nuestro mal.
Muchos dolores que se padecen como jaquecas, dolor de muelas, malas posturas de descanso… tiene que ver con la tensión muscular, se pueden mejorar con la práctica en relajación, a través de ejercicios de discriminación de tensión-relajación.
Son muchos los que experimentan las consecuencias de la mala respiración, como fatiga, falta de concentración, taquicardias, problemas gástricos… que como lo anterior se puede trabajar con pautas y ejercicios respiratorios.
Tanto la tensión muscular como una mala respiración sin causa orgánica, no son enfermedades, son sensaciones de malestar con explicación física, que se pueden solucionar con el aprendizaje de buenos hábitos.
El medio que nos rodea influye en lo que sentimos, en muchas ocasiones las situaciones que experimentamos nos facilitan sentir malestar, así como el comportamiento que mostramos para enfrentarlas, por lo que es importante identificar y ver que se puede modificar para alcanzar bienestar.
El estrés y estado de ánimo bajo, influye al partir de de una posición de afrontamiento negativo, que ante una situación difícil y problemática con desconocimiento para manejarla, genera sensaciones físicas y psicológicas que no son agradables
¿Hay una población de riesgo?
Todos podríamos en algún momento y bajo unas circunstancias determinadas, padecer en algún momento este problema, pero dependiendo de la personalidad, estrategias de afrontamiento, apoyo externo, experiencias directas con la enfermedad vividas con un familiar o en propia persona…predispone a una persona u otra a sufrirlo
Según los diferentes estudios realizados, muchos tienden a creer que la población anciana lo sufre más, pero no es cierto, si se encuentran más problemas de salud debido a la edad e incluso buscar un momento de atención y socialización, pero no hay un aumento de la preocupación obsesiva no realista.
No se encuentra distinción de sexo dentro de esta problemática, pero como dato interesante en las investigaciones, se observa que las mujeres van más al médico y aceptan antes la existencia de trastornos psicológicos que los hombres, lo que facilita el tratamiento de la hipocondría.
No por padecer una enfermedad grave se encuentran más casos de hipocondríacos, por el contrario son muchos los casos en los que la persona afronta con entereza la enfermedad.
Síntomas del trastorno de ansiedad por enfermedad
Síntomas a nivel cognitivo
Quien lo padece teme por su salud, cree tener diversas dolencias y se preocupa por los síntomas, presta especial atención a lo problemático que encuentra de él, acumulando información negativa sobre su estado físico y por ende no percibe las partes sanas de su cuerpo. Cuando se descartan estos, busca nuevos motivos de preocupación.
Los temores frecuentes están relacionados con posibles errores o descuidos médicos, resultados de pruebas que realizan o mal diagnóstico.
Síntomas emocionales y fisiológicos
Cambios de estado de ánimo, baja autoestima, ansiedad… Es muy llamativo la cantidad de problemas somáticos diferentes que se pueden llegar a experimentar, los más frecuentes son las molestias gástricas y dolores de espalda.
Síntomas conductuales
Tiende a recurrir a especialistas, revisiones, análisis y pruebas diagnósticas constantes, muchas veces innecesarias. Hay casos en los que se evita el contacto con los médicos y centros sanitarios para que no se confirmen sus sospechas.
Los temas de los que suelen hablar es de salud y enfermedad. Buscan información sobre los síntomas y enfermedades por diferentes medios de información (cibercondría, término utilizado para la búsqueda obsesiva de información a través de internet, por las distintas web y foros. Recurriendo al autodiagnostico y automedicación, con el consiguiente peligro para la salud). Acumulan fármacos y en algunas ocasiones abusan de ellos.
Las personas que rodean al sujeto suelen estar de acuerdo cuando dicen que sus quejas son excesivas, llamando la atención por su dramatización y no por el sufrimiento.
¿Cómo se diagnostica el trastorno de ansiedad por enfermedad?
Hay comportamientos específicos de las personas que lo sufren en comparación con el resto de la población, que permite el diagnóstico.
La APA (American Psychiatric Association), a través del DSM-V, Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales ha eliminado el término hipocondría recibiendo en su clasificación el nombre de “Trastorno de ansiedad por enfermedad”, y conformando los siguientes criterios diagnósticos:
Preocupación por padecer o contraer una enfermedad
No existen síntomas somáticos y si los hay son leves. Si existe una afectación médica la preocupación es desproporcionada
Alto grado de ansiedad
Comportamientos excesivos relacionados con la salud
La preocupación está presente al menos seis meses, aunque la enfermedad temida puede variar en ese tiempo
La preocupación no se explica por otro trastorno mental de tipo: Con evitación de asistencia, o Con solicitud de asistencia
¿Cómo superar el miedo a la enfermedad?
En la mayor parte de los casos se trata de un problema que no mejora por sí solo, pueden experimentar momentos en los que se sienten más tranquilos, pero no quiere decir que haya desaparecido la problemática. Hay que recibir atención especializada.
Previamente hay que conocer la experiencia de la persona con el personal médico y si hay razones para su preocupacion o no, es difícil hacer ver al paciente que es él mismo el origen de sus miedos, si no se tiene información previa.
Uno de los tratamientos que actualmente se utiliza y es eficaz es la terapia cognitivo-conductual. Su objetivo es que el paciente interprete de una forma adaptativa, lo que siente y los síntomas que tiene, así como superar el miedo que presenta ante el tema enfermedad-salud.
Durante el tratamiento se trabaja el pensamiento asociado a estos constructos mostrando de una manera racional el problema y se expone al paciente a los miedos para que sea capaz de controlarlos.
¿Cuál es el pronóstico?
Es un trastorno considerado como crónico, con periodos de remisión. Si se trata lo antes posible y adecuadamente, los factores cognitivos, emocionales y conductuales, como los pensamientos, ansiedad y del estado de ánimo, y conducta, se puede conseguir la adaptación y disminución del sufrimiento de la persona de una forma considerable.
El grado de afectación que ha alcanzado el desarrollo del trastorno de su vida diaria, el ambiente, el apoyo social del que disponga el paciente, la personalidad y motivación de la persona hacia el tratamiento, hacen que favorezca su pronóstico o por el contrario lo dificulta.
Recomendaciones generales
Independientemente de la afectación psicológica o física que nos cause malestar, tenemos que buscar ayuda por parte de un especialista en la materia.
En el caso de la hipocondría, la búsqueda recurrente de información para explicar los síntomas y padecimientos, no hace sino agravar la situación problema, dificultando el posterior tratamiento.
Cada vez son más las personas que buscan por curiosidad o por simple necesidad, remedio y aclaraciones a su malestar, haciendo que el riesgo de autodiagnóstico y automedicación genere un problema aún mayor.
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