Problemas de aprendizaje en los niños con trastorno de atención

La falta de atención puede estar provocada por diferentes problemas, el más común es asociarlo al TDAH, pero no todos los niños con falta de atención sufren este trastorno, puede haber otras causas.

Hoy hablamos sobre el trastorno de atención en niños de la mano de la maestra infantil, Carolina San José.

Trastorno de atenciónLas dificultades en el aprendizaje son limitaciones específicas para aprender día a día, provocando en el niño retrasos académicos importantes.

La falta de atención es algo que a todos nos ha pasado en algún momento. En algunos casos no tiene mayores consecuencias que tomarse un café salado o no encontrar las gafas porque están guardadas en la nevera. Pero otras veces puede tener consecuencias fatales como accidentes graves.

Por esta razón es muy importante trabajar la atención desde pequeños y más cuando hay dificultades para mantenerla, ya que esto supondrá problemas añadidos de aprendizaje e interacción social.

Según la RAE, la atención es la acción de atender, que a su vez tiene, entre sus significados, el siguiente: Tener en cuenta o en consideración algo.

Siguiendo esta definición, para poder tener en cuenta algo es necesario verlo, escucharlo o sentirlo detenidamente fijándonos en sus detalles y los aspectos relevantes.

Dificultades de aprendizaje por falta de atención

  • perder, olvidar o no preparar el material necesario para trabajar en casa y en el colegio.
  • dificultad para ignorar estímulos irrelevantes para la tarea que está haciendo.
  • dificultad para seguir órdenes o instrucciones tanto verbales como escritas.
  • dificultad para organizar las tareas que tiene que realizar.
  • dificultad para planificar el horario a corto, medio y largo plazo en casa y en el colegio.
  • precipitación a la hora de realizar tareas.

Derivado de esta falta de atención, o dificultad para mantenerla o centrarla, pueden surgir otros problemas con frecuencia asociados a ellos, como son:

  • la memorización errónea de textos por leer con rapidez,
  • la falta de reflexión,
  • no repasar las tareas,
  • la falta de estrategias para utilizar la información,
  • bajo rendimiento escolar,
  • problemas de comprensión,
  • un desarrollo no adecuado a las competencias esperadas,….

Algunos niños pueden compensar sus dificultades del aprendizaje esforzándose mucho, y pueden tener éxito hasta que llegan a un nivel escolar en el que el grado de exigencia es mayor.

Estas dificultades implican que el niño no tenga el rendimiento académico requerido para su edad, aunque tenga una capacidad y nivel de inteligencia normal.

Todo esto afectará a diferentes aspectos de su aprendizaje como la escritura, la lectura, el cálculo y las matemáticas, y el habla.

Si no son tratadas adecuadamente por profesionales se producirán trastornos más graves.

Trastorno de atención y escritura

La psicomotricidad fina es escasa y débil, lo que afecta a la coordinación en actividades que requieren habilidades manuales como: colorear, recortar, picar, puntear, amasar…

Todo esto afecta además a la caligrafía, haciendo que sea irregular, poco organizada e ilegible en algunos casos; puede haber más errores, ya que requiere mantener la atención durante un período de tiempo mayor. También hay omisiones y adiciones debido a la precipitación.

En cuanto a la ortografía, hay problemas para memorizar las reglas y, aunque se conocen hay errores en su aplicación.

Trastorno de atención y lectura

Se hace una lectura precipitada que impide una correcta compresión del texto debido a omisiones, adiciones, repeticiones y sustituciones de letras o palabras, dudas en la pronunciación y vocalización errónea. También puede haber errores en la acentuación, puntuación y entonación.

Trastorno de atención y cálculo y matemáticas

Dificultad para convertir lo concreto en abstracto, para utilizar el pensamiento lógico y comprender el enunciado del problema. Esto es debido a la precipitación de la lectura, saltándose también información importante para la resolución del problema, y precipitándose en los resultados que, con frecuencia, no se repasan.

Trastorno de atención y habla

En la mayoría de las ocasiones los pensamientos van más deprisa que las palabras. No hay organización ni reflexión en el pensamiento, por lo que en ocasiones parece que hay un habla sin sentido.

Los temas no suelen estar relacionados con la actividad que se realiza, entreteniéndose con el propio discurso.

¿Qué podemos hacer en casa?

1. Planificación.

Para tener una buena organización es necesario establecer objetivos claros y concretos para el tiempo de estudio.

Se puede elaborar conjuntamente con el niño un horario que sea realista y se pueda cumplir, con una distribución del tiempo por asignaturas, según la dificultad (primero la asignatura más sencilla) para evitar que el niño se desmotive rápidamente. También es muy importante programar, siempre, pequeños descansos.

2. Método de estudio.

Hay que ayudar al niño a fragmentar las tareas en actividades más pequeñas para que las pueda realizar con éxito. Comprender el contenido en fases más pequeñas hará que la interiorización del contenido final sea mejor. En el proceso de estudio, el niño debe seguir los siguientes pasos de forma correcta:

• Pre-lectura.

• Lectura atenta.

• Subrayado, esquema o resumen.

• Estudio.

• Repaso.

3. Hábitos de estudio.

Es muy importante para que el niño sea capaz, poco a poco, de planificar y organizar sus tareas de forma independiente, sin necesidad de un adulto.

En cuanto al lugar de estudio, hay que intentar que sea siempre el mismo sitio y respetarlo evitando distracciones como la televisión, juegos, tablets, música o animales.

El niño ha de tener una rutina de estudio cada día, a la misma hora y si es posible durante el mismo espacio de tiempo.

4. Refuerzo positivo.

Es un método para crear, mantener y/o fomentar conductas adecuadas. Se utiliza para elogiar los avances y esfuerzos del niño, lo que mejorará la imagen que tiene de sí mismo. Es una forma de motivación, lo que supondrá mantener e incrementar el nivel de atención durante la realización de actividades.

Importante

1. Tener en cuenta las expectativas del niño: qué puede y no puede hacer.

2. Alabar y aplaudir siempre el esfuerzo realizado por pequeño que sea.

3. Supervisar con el niño/a las tareas de cada día.

4. No comparar con otros familiares y/o alumnos.

5. Ofrecer y proporcionar las ayudas y apoyos necesarios ya que, en general, son niños que tienen capacidad pero requieren refuerzos para progresar.

Por otro lado, hay que recordar que la falta de atención puede estar provocada por diferentes problemas, el más común es asociarlo al TDAH, pero no todos los niños con falta de atención sufren este trastorno, puede haber otras causas. Entre ellas están: la ansiedad, el TOC y los traumas.

Ansiedad

En términos generales, la ansiedad es un mecanismo de defensa, un sistema de alarma ante situaciones que la persona considera amenazantes.

Los niños pueden sufrir ansiedad por numerosas causas:

  • no saber cuándo sus padres van a volver a buscarlos,
  • no saber si están haciendo bien la tarea que les ha pedido el profesor,
  • querer hacer la tarea perfectamente,
  • no hacer el ridículo delante de sus compañeros.

Todos estos pensamientos y procesos mentales pueden llevar al niño a no prestar atención a lo que le están diciendo/enseñando/explicando porque está más centrado en lo que le angustia e inquieta.

TOC

El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es un trastorno mental por el que la persona tiene pensamientos, miedos, obsesiones y comportamientos repetitivos e irracionales que le llevan a hacer algo una y otra vez de forma compulsiva.

El niño que está pendiente de tener su mesa ordenada, con el libro, el estuche y los útiles necesarios colocados a su manera no estará atento a lo que ocurre a su alrededor hasta que ese orden no esté conseguido.

Otro niño puede estar pendiente de tener las manos siempre limpias y, la necesidad de ir al baño a lavárselas o calcular el tiempo que queda hasta que le dejen ir, tampoco le va a dejar atender en clase.

Estos son solo algunos de los ejemplos de trastorno obsesivo compulsivo que puede tener un niño.

Traumas

Un trauma es una herida psíquica causada por hechos negativos o dolorosos para la persona, lo que le provoca stress.

El niño que ha sufrido algún tipo de trauma (experiencias de violencia, muerte de un ser querido, accidentes,…) puede tener problemas para centrarse y una sensación de inseguridad llamada hipervigilancia. Todo este stress e inseguridad le impide centrar su atención en lo que ocurre a su alrededor.

Si has detectado que algunas de estas situaciones le está ocurriendo a tu hijo, consulta cuanto antes con un profesional acreditado. Cuanto antes actúes, mayores serán las posibilidades de mejorar y menor el sufrimiento.

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