Esta semana, en nuestra sección de Compromiso Social, la logopeda, Jennifer García González, de Cocemfe Talavera, nos habla sobre la logopedia en demencias.
Actualmente, la proporción de personas mayores en relación con la población general va en aumento en los países desarrollados.
Este envejecimiento plantea la contemplación de unas necesidades a nivel de salud, sociales y psicológicas que, a la vez, pueden implicar un nivel de dependencia derivado de patologías como las demencias (Enfermedad de Alzheimer, demencia fronto-temporal, Enfermedad de Párkinson, demencia por cuerpos de Lewy…).
La demencia no es una enfermedad específica, es un término que describe una amplia variedad de síntomas relacionados con el deterioro de la memoria u otras capacidades como la atención, el juicio, la conducta, la coordinación, la planificación, el habla, la escritura, el cálculo, las habilidades sociales…
Estos deterioros interfieren en las actividades de la vida diaria de la persona, afectando en sus relaciones laborales y sociales. La más común es el Alzheimer (representa entre el 60 y el 80 por ciento de los casos), siendo el segundo tipo de demencia más común la Demencia Vascular producida por un accidente cerebrovascular.
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El papel de la logopedia en las demencias
Desde el inicio del deterioro, la competencia comunicativa empieza a alterarse. El lenguaje de las personas afectadas por la demencia manifiesta diversas características, las cuales varían drásticamente de un paciente a otro y de acuerdo con la progresión y etiología de cada tipo de demencia.
Las alteraciones del lenguaje que sufren pacientes con demencia se denominan trastornos afásicos y pueden afectar al lenguaje hablado, la comprensión lectora y la escritura.
En general, las limitaciones lingüísticas más destacadas se observan en el nivel léxico-semántico, y pragmático.
Dependiendo del grado de deterioro y de avance de la demencia, se pueden observar dificultades en la evocación de las palabras (problema para encontrar palabras), dificultad para detectar recursos humorísticos, aparición de ecolalias (repeticiones involuntarias), discurso vacío de significado, letra ininteligible…
Otro de los síntomas muy frecuentes en la tercera edad, que afecta hasta al 30-40% de la población de más de 65 años, y al 84% de los enfermos de alzhéimer es la disfagia orofaríngea.
Esto es una alteración que causa dificultad o imposibilidad absoluta al momento de tragar alimentos sólidos y líquidos. Cuando existe la disfagia, el proceso deglutorio se vuelve muy difícil y complicado, pudiendo obligar a pacientes graves a buscar vías alternativas para mantener una nutrición básica, como puede ser una sonda de alimentación a través del abdomen.
Esta sintomatología puede dar lugar a dos tipos de complicaciones, por un lado, alteraciones en la eficacia de la deglución, que pueden provocar malnutrición o deshidratación; y por otra alteración en la seguridad de la deglución, que puede causar una aspiración a las vías respiratorias, que puede suponer un alto riesgo de neumonía y una elevada tasa de mortalidad.
Otro punto en el que interviene la logopedia es en la pérdida auditiva o presbiacusia que afecta a la comprensión verbal. Esta, sumada al deterioro de la comprensión debido a la demencia, dificulta la comunicación y las relaciones sociales.
Tratamiento logopédico en COCEMFE TALAVERA
En primer lugar, se realiza una anamnesis y una evaluación completa del usuario (comprensión, articulación, léxico, lenguaje espontáneo, lectoescritura…). Una vez realizada la evaluación se establecen una serie de objetivos de intervención que se trabajan siguiendo un programa determinado en base a las necesidades del usuario.
La intervención de la logopeda está centrada de manera específica en el campo del lenguaje y la comunicación, aunque abarca otras áreas cognitivas de manera transversal como pueden ser la memoria y la atención, siendo el objetivo general el de mejorar las funciones deterioradas, mantenerlas o retrasar su deterioro para aumentar la calidad de vida del usuario.
Algunos ejemplos concretos de la intervención logopédica para mejorar el funcionamiento cognitivo, el rendimiento funcional y el mantenimiento de la independencia trabajando específicamente el lenguaje son:
- Ejercicios de lectoescritura
- Ejercicios de movilidad orofacial.
- Ejercicios de articulación.
- Ejercicios de voz.
- Ejercicios de léxico.
- Ejercicios de morfosintaxis.
- Evocación de palabras.
En caso de que el usuario presente alteración en la deglución, el papel del logopeda en la intervención consistirá en trabajar de manera directa con la persona, para asegurar que la persona afectada pueda tragar sin riesgos. Esto puede incluir enseñar estrategias posturales compensatorias o alterar la dieta del paciente (usar espesantes, triturar ciertos alimentos…).
Respecto a las alteraciones auditivas, en el caso de utilizar audífono, el papel del logopeda consiste en asegurarse de que la prótesis auditiva cubra los déficits auditivos del paciente, realizando un seguimiento y control de eficacia. Si no fuera posible la prótesis, se usarán métodos alternativos de comunicación.
El logopeda informará al entorno y le ayudará a desarrollar estrategias comunicativas con el fin de adaptarse a la persona con pérdida auditiva, mejorando de esta manera la comunicación entre ellos.
Evidencia científica
Existen multitud de estudios e investigaciones sobre las alteraciones a nivel comunicativo en las demencias.
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Un autor que hace hincapié en lo anteriormente mencionado es Valles junto a Riaño y Moreno,2011 que «La actividad comunicativa y lingüística de los mayores está marcada por procesos de tipo socio-culturales y físico-orgánicos» Los primeros están relacionados con los cambios en la rutina de vida debidos, por ejemplo, a la pérdida de la pareja, a la jubilación o cambios en el círculo familiar, haciendo que la interacción comunicativa disminuya, pudiendo generar cierto aislamiento.
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En los estudios sobre el léxico de Bowles y Poon, et all, del año 1998 hablan a favor de una alteración del proceso de denominación que nos permite diferenciarlo de otras alteraciones que se producen en ciertos estados patológicos como las afasias o las demencias, siendo esta la señal más clara del deterioro lingüístico en demencias.
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Respecto otro punto muy importante a tener en cuenta en los tratamientos de las demencias, las disfagias, Nazar, Ortega y Fuentealba (2009) afirman que «los datos disponibles sitúan a la disfagia como una prioridad por su incidencia en la morbilidad, en la mortalidad y en la frecuentación hospitalaria de las personas afectadas por la enfermedad de Alzheimer»
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Uno de los muchos artículos que defienden el papel de la logopedia en las intervenciones en demencias es el de Jaramillo, publicado en 2010 donde afirma que los logopedas tienen un papel primordial en la identificación, la evaluación y el tratamiento de los desórdenes cognitivo- comunicativos asociados a las demencias incluyendo la colaboración con los miembros del equipo interdisciplinar en el manejo de casos, así como en la educación, la promoción y la investigación.
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Para desarrollar las funciones que hemos mencionado a lo largo de esta publicación, Onésimo Juncos Rabadán y Arturo Pereiro Rozas, en su publicación del 2002 defienden que se deben abrir marcos institucionales en los cuales la figura del profesional especialista en trastornos de la comunicación y del lenguaje vaya siendo reconocida como esencial, así como que la intervención logopédica está enmarcada en una intervención neuropsicolingüística, que persigue como uno de sus objetivos generales el compensar y paliar el deterioro de los procesos atencionales e inhibidores. Para ello se desarrollarán actividades que faciliten la puesta en marcha de procesos voluntarios y la toma de decisiones.
Conclusión
Cuando el lenguaje y la comunicación están afectados, es el logopeda quién lucha contra estos dos aspectos que más incapacitan a la persona con demencia. Sus objetivos son evaluar las dificultades y desarrollar una comunicación funcional en la persona, consiguiendo un aumento de la calidad de vida de esta población manteniendo abierta la puerta de la comunicación el mayor tiempo posible.
Esta intervención debe estar integrada en programas donde se aborden el mantenimiento físico, el desarrollo personal y social, así como la estimulación cognitiva, adaptados a los intereses, características y potencialidades de cada persona, como ocurre en nuestro programa de Fomento de la Autonomía Personal (FAP), en COCEMFE TALAVERA, donde un equipo de profesionales trabaja en estos casos de manera conjunta.
Bibliografía
Valles, B. (2011). Representaciones y creencias en torno a la evaluación lingüística del adulto mayor con trastorno cognitivo leve. Revista de Investigación en Logopedia, 1(1).
Bowles, N. L. y Poon, L. W. (1988). Age and context effects in lexical decisions: an age by context interaction. Experimental Aging Research, 14, 201-206
Riaño, J. R., & Moreno, D. M. B. (2012). Beneficios de un programa de estimulación cognoscitivo/comunicativo en adultos con deterioro cognitivo moderado derivado de demencia. Revista Areté, 12(1), 128-139.
Nazar, G., Ortega, A. y Fuentealba I. (2009). Evaluación y manejo integral de la disfagia orofaríngea. Revista Médica Clínica Las Condes, 20(4), 449 – 457.
Hernandez Jaramillo, B. Y. (2010). Demencias: los problemas de lenguaje como hallazgos tempranos. Asociación Colombiana de Neurología.
Rabadán, O. J., & Rozas, A. P. (2002). Problemas del lenguaje en la tercera edad. Orientaciones y perspectivas de la logopedia. Revista galego-portuguesa de psicoloxía educación: revista de estudios e investigación en psicología y educación, (8), 387-398.
Equipo de COCEMFE – Talavera
Logopeda: Jennifer García González Col.CLM: 45/657