Abrimos la formación con pautas de Educación para la Salud (EPS) aplicadas al mundo emocional; comprendiendo qué son exactamente las emociones, cómo nos mueven y que mensaje nos dan.
Validamos cada emoción y analizamos si la conducta asociada era adaptada o inadaptada.
Nuestros colegas sanitarios entendieron lo importante que es adoptar y mantener medidas de higiene emocional: Autoescucha, validación, gestión emocional y coherencia son las bases de una correcta higiene emocional.
Los asistentes aprendieron a fluir con sus emociones, hubo un momento en el que transitamos -no desde un punto de vista intelectual, sino desde una perspectiva física y emocional- cada una de las emociones básicas.
Nuestros colegas contactaron con su miedo, su tristeza, su alegría… Desde fuera podía parecer una especie de montaña rusa, pero no es nada ajeno a la realidad del mundo laboral de los equipos sanitarios.
El día a día del personal sanitario está cargado de emociones.
Cada vez que entramos a la habitación de un paciente tenemos delante un universo propio; un mundo emocional único y genuino, un ser humano al que reconfortar, cuidar y ayudar.
Los equipos sanitarios están constantemente saltando de universo en universo, cada vez que entran y salen de una habitación están gestionando el mundo emocional de los pacientes.
Es por eso que se hace prioritario que estén formados en Inteligencia Emocional, esto garantiza que los equipos no se agoten en este ejercicio de funambulismo y que sepan dar pautas de EPS emocional a sus pacientes.
Después de dotar de herramientas de Inteligencia Emocional a los asistentes, trabajar la IE intrapersonal (modo en el que me relaciono conmigo mismo) y la IE interpersonal (modo en el que me relaciono con los demás) Estela López, psicóloga y mediadora, facilitó la gestión de conflictos.
Tejiendo un mapa interpersonal, Estela hizo entender a los asistentes lo colorido, complejo e interesante que resultan las relaciones humanas. Dentro de este mapa interrelacional, es normal que aparezca el conflicto, es inherente a la condición humana.
Es en el enfoque propio del conflicto; como potenciador de soluciones, como energía creadora de nuevas ideas, en donde está la clave de gestión de un conflicto y no en la evitación o negación del mismo.
Estela explicó que la manera en la que nos comunicamos, desde nuestras necesidades y no desde nuestros roles, nos da claves para saber si estamos funcionando en modo cooperación o en modo lucha; cuando luchamos suele haber ganadores y perdedores, cuando cooperamos solemos ganar todos.
Si comunicamos desde la alegría, el amor, el respeto y la sinceridad creamos lazos emocionalmente estables y sinceros.
Entender que el conflicto puede ser una oportunidad para investigar nuevas soluciones es empezar a gestionarlo
Y por último, Juan Cruz psicólogo y consultor puso el broche de oro y cerró la sesión formativa con el optimismo emocionalmente inteligente.
Aprender a re-estructurar patrones cognitivos, mirar el mundo de manera nueva, en modo sorpresa y no en modo miedo. Entender que la vida tiene periodos; unos más agradables a nivel emocional y otros más duros, es aprender a ser emocionalmente inteligente.
Juan incidió en que ser optimista no quiere decir ver todo de color de rosa, es abrir el abanico y ver la diversidad de colores y matices que tiene nuestra vida, como si fuera una paleta de un pintor, es saber entender, aceptar y validar cada color, cada etapa, cada momento y comprender, que incluso los colores oscuros, los momentos duros, tienen muchas cosas buenas.
Una de ellas es que son temporales, empiezan y acaban y otra es tener la certeza de que nos dan herramientas de adaptación y resiliencia que viajarán siempre en nuestra mochila con nosotros.
Ser emocionalmente inteligente y optimista supone aceptar que la vida tiene periodos agradables y otros desagradables, y que ambos son igualmente válidos y necesarios.
Los formadores sólo podemos decir que fue un verdadero placer poder facilitar y compartir el aprendizaje con este grupo de profesionales de la salud tan entregados y receptivos. Ha sido una polinización humana, bonita y muy gratificante.
Queremos dar las gracias a la Dirección del Hospital del Sureste y a su Dpto. de Formación por aumentar el nivel de bienestar de sus trabajadores con acciones como la realizada el 17 y 18 de mayo. Esperamos que sean muchos más los centros hospitalarios que se unan a la iniciativa del Sureste.
La Biblioteca José Hierro recomienda este libro:
Una mochila para el universo: 21 rutas para vivir con nuestras emociones, de Elsa Punset
En “Una mochila para el universo”, nos encontramos con varias vías para afrontar nuestro día a día de una manera positiva, conociéndonos mejor a nosotros mismos.
El libro consta de siete capítulos, en ellos vienen distribuidos las veintiuna rutas para vivir nuestras emociones y conseguir ser felices.
Al final de cada capítulo nos da algunas técnicas para poner en práctica y algunos ejercicios para mejorar en nuestra vida diaria.
Podrás encontrar este libro en la Biblioteca José Hierro en la Sala de Préstamo para adultos en la sección 159.94 PUN moc
[…] me dedico mucho a trabajar con las emociones, es la base de lo que somos y de cómo actuamos, por lo tanto, me da igual que sea un alto […]
[…] de contención permanente. A veces, los que nos rodean pueden invitar a “intentar controlar” nuestras emociones, creyendo probablemente que generan alivio. Sin embargo, se genera el efecto […]