La óptico optometrista, Carmen García Fraile, nos habla sobre la Terapia Visual, ¿de qué se trata? ¿qué beneficios tiene para la salud?
La visión se aprende, igual que se aprende a hablar o a andar. La mayoría de los niños tiene que pasar por las etapas de desarrollo de rodar, gatear, arrastrarse y correr. En esos momentos es cuando se desarrolla la musculatura gruesa del cuerpo y a la vez la musculatura fina de los ojos.
Si hay fallos en el desarrollo motor y sensorial, también habrá fallos en las habilidades visuales, lo que conlleva una serie de problemas como puede ser en los movimientos oculares.
Si el niño no aprende bien a mover los ojos, tiende a no poder seguir la línea del texto, se pierde, se salta de línea, confundirá palabras y, además, se olvidará del texto y no comprenderá lo que lee.
También puede fallar la acomodación lo que implica que no pueden mantener la mirada mucho tiempo seguido sobre el texto. Esto provoca que pierdan la atención porque tienen que estar continuamente cambiando la mirada. Se puede confundir con un déficit de atención.
Si falla la binocularidad, no son capaces de mirar exactamente con los dos ojos a la misma letra, la verán borrosa, desdoblada. No les gustará leer porque les cuesta mucho y tampoco les gustará hacer los deberes.
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¿Cuál es el origen de la Terapia Visual?
Se origina en el siglo XIX cuando un grupo de oftalmólogos vieron que los resultados que obtenían con las operaciones de estrabismo no eran buenos, empezaron entonces con la ortóptica y pleóptica, como se llamaba en ese momento.
En el siglo XX, un grupo de optometristas liderado por el Dr. Skeffington se dio cuenta que la visión es más que ver un 100%, en ese momento se empezó a diferenciar vista de visión.
¿Para qué sirve la Terapia Visual?
Se pueden tratar estrabismos, ojos vagos, personas que trabajan con el ordenador que sufren estrés visual.
También se trabaja en lesionados cerebrales y personas que han sufrido un traumatismo craneoencefálico, así como para mejorar el rendimiento deportivo.
En todos estos casos sabemos que todas las habilidades visuales que mencionamos antes están muy alteradas. Los avances neurológicos ya han demostrado que la plasticidad cerebral existe durante toda la vida, por lo que la terapia visual se puede trabajar y actúa en cualquier edad.
¿Cómo se realiza o aplica?
Cuando hablamos de graduar la vista, solamente nos referimos a los ojos. Una persona que ve un 100% es una persona que ve una letra a una determinada distancia, pero la visión es mucho más que eso.
Cuando los optometristas hablamos de visión, nos referimos a la relación de los ojos con el cerebro. La visión es percibir, comprender lo que leemos, lo que vemos.
Hacer un análisis funcional de la visión, implica hacer un estudio de la motricidad ocular, de la acomodación, de la binocularidad, de la percepción y memoria visual, de la coordinación ojo- mano o visuomotora, de la lateralidad…
Últimamente a la Terapia Visual se la está llamando terapia neural o neurocognitiva porque lo que trabajamos, en realidad, es el procesamiento visual y la percepción visual que ocurren en el cerebro.
Hacemos una sesión por semana y luego el paciente debe trabajar en casa, porque a base de repeticiones es como las habilidades visuales se van automatizando y ya quedan arraigadas para toda la vida.
En la consulta vamos controlando que los movimientos oculares sean muy exactos y que el paciente sepa como hacer la acomodación para que vaya interiorizando estas técnicas y las pueda aplicar en su vida diaria.
Cada doce sesiones se vuelve a realizar el primer análisis funcional de la visión para ver los cambios que se están consiguiendo.
¿Qué profesional debe recomendarla y realizarla?
Debe ser un óptico optometrista especializado en Terapia Visual ya que éste profesional sanitario se dedica a prevenir, detectar y tratar los problemas visuales.
Terapia Visual y problemas de aprendizaje
Actualmente la mayoría de problemas que tratamos son problemas de aprendizaje en niños porque todos los problemas visuales que mencionamos antes les hacen tener síntomas muy similares al déficit de atención o la dislexia (ya que en ese caso no está integrado el concepto de dirección y espacio por lo que los niños no comprenden los códigos alfanuméricos).
Otras veces lo que no tienen bien desarrollado es la coordinación ojo- mano por lo que tienen muy mala escritura o, si falla la visualización, tienen muchas faltas de ortografía.
Hay muchos niños inteligentes que no trabajan con todo su potencial, van retrasados y no pueden avanzar en el colegio. Esto les causa mucha frustración y creen que todo lo hacen mal. A la vez, les etiquetan de vagos, les dicen que no trabajan lo suficiente.
Generalmente, cuando hay problemas de aprendizaje, nunca pensamos en que pueda haber problemas en el sistema visual, sabiendo que la visión es el sentido más importante para aprender a leer y escribir.
La mayoría de los niños, cuando el sistema visual no funciona bien ni las habilidades visuales están bien desarrolladas, casi siempre no tienen un buen desarrollo motor, porque a la vez que desarrollamos el sistema motor, desarrollamos los sentidos.
Esto hace que no se tenga integrado los conceptos de derecha- izquierda y de arriba- abajo, aspectos fundamentales en la lectura y escritura para no confundir los números, las letras o las palabras cortas, por ejemplo “al” y “la”, “b” y “d” o “p” y “q”.
También hay veces que lo que falla es que no tienen un buen equilibrio y no son capaces de mover sólo los ojos, siempre se acompañan de movimientos de cabeza y se pierden al leer. Lo mismo ocurre con la mano, pues a la vez mueven todo el brazo desde el hombro; esto es muy importante a la hora de escribir, pues no tienen la fuerza suficiente en la mano ni saben hacer la pinza con los dedos para agarrar el bolígrafo.
Es importante trabajar en un equipo multidisciplinar para ver en consulta cuál es el origen del problema, haciendo pruebas visuales, auditivas, logopédicas, psicológicas… Si se trabaja en conjunto el avance es mucho más rápido y efectivo.
Por último, quiero dejar algunas recomendaciones respecto a la visión:
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Conviene hacer exámenes desde los tres años, incluso antes si se detecta que algún ojito se tuerce (estrabismo) o que el niño se frota mucho los ojos.
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A partir de los tres años ya se puede medir la agudeza visual, igual que a las personas mayores, pero con test especiales para niños, y así ya podemos ver si el desarrollo de los dos ojos es igual, muy importante para prevenir el ojo vago.
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Cualquier problema que se detecte en ese momento o que sea genético se resolverá más rápido que si lo trabajamos de mayores.
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Muchos de los problemas de aprendizaje surgen porque los problemas visuales desde pequeñitos no se les han compensado.
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Hay astigmatismos o hipermetropías que no les provocan problemas de visión, los niños se creen que ven igual que los demás y no se quejan de que vean mal por lo que estos problemas no se detectan a menos que se hagan exámenes visuales.
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Una lectora del blog nos pregunta: ¿La terapia visual vale para una persona con diplopia por un accidente de tráfico por lesión en un par craneal…?
Nuestra colaboradora Carmen García Fraile respondió:
Buenos días,
Para estos casos de Lesión Cerebral recomendamos un examen específico porque dependiendo del par craneal dañado y el tipo de diplopia los tratamientos serán distintos, así como si es sólo en posición primaria de mirada o en otras posiciones…
La diplopía es sólo uno de los problemas que pueden tener, muchas veces van asociados a hemianopsias (perdida de campo visual en determinadas zonas), desviación de la línea media de mirada, problemas con la iluminación…y casi siempre lo que presentan son problemas acomodativos y de movimientos oculares por lo que les resulta muy difícil poder leer.
Para estos casos la rehabilitación se realiza trabajando conjuntamente los sistemas visual, vestibular y propioceptivo porque los tres suelen estar alterados.
Muchas gracias por tu pregunta, Carmen.